Relación entre la tasa de desempleo y emigración en Ecuador
Washington Contreras Jiménez
Ivonne Vizueta Bucaram
María Álava Alcívar
Volumen: 17
Número:3
Año: 2025
Recepción: 19/01/2025
Aprobado: 08/04/2025
Artículo original
Introducción
Ecuador ha experimentado diversas crisis económicas que han impactado
significativamente su mercado laboral. Una de las más notorias fue la crisis financiera
de finales de 1998, conocida como la “dolarización”, que llevó a una devaluación masiva
del sucre, un aumento en los niveles de pobreza y una drástica reducción en las
oportunidades de empleo. Este periodo marcó un punto de inflexión para miles de
ecuatorianos que optaron por emigrar en busca de mejores condiciones de vida y
estabilidad económica. En Ecuador, ha sido la crisis, la detonante de la emigración
masiva; entre 1995 y el 2000, el país fue protagonista de uno de los empobrecimientos
más acelerados de la región, en donde el número de pobres creció de manera
significativa (Tobar-Pesántez, s. f.). La emigración, en este contexto, se configuró como
una estrategia de supervivencia, especialmente para las familias de clase media y baja
afectadas por el desempleo y la precarización laboral.
El desempleo en Ecuador ha sido un problema estructural que se manifiesta de manera
desigual en las diferentes regiones del país y entre diversos grupos poblacionales.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos [INEC], las tasas de
desempleo tienden a ser más altas en las zonas urbanas, particularmente entre jóvenes
y mujeres. Esta situación refleja no solo una falta de oferta laboral adecuada, sino
también un desajuste entre las habilidades de la fuerza laboral y las demandas del
mercado (INEC, s. f.). En este sentido, la emigración se presenta como una vía de
escape para aquellos que no encuentran oportunidades laborales que les permitan
alcanzar un nivel de vida digno.
La crisis económica generada a raíz de la caída de los precios del barril de petróleo a
fines del 2014, y que se evidencia en todos los indicadores macroeconómicos del país,
también afectó en la tasa de desempleo de Ecuador, donde, la dinámica de la
capacidad de absorción del empleo por parte del sector privado se deterioró frente a
una participación cada vez más activa del sector público (Castillo & Salas, 2018). Los
sectores vulnerables tienen un gran impacto en la informalidad y el subempleo
independientemente de factores como género, educación y área (Molina et al., 2024).
La tasa de homicidios de Ecuador pasó de 13,7 por cada 100.000 habitantes en 2021 a
25,9 en 2022. En 2023 incrementó hasta aproximadamente los 43 homicidios por cada
100.000 habitantes, lo que sitúa a Ecuador entre los tres países latinoamericanos más
violentos, junto con Venezuela y Honduras (Human Rights Watch, 2023). En el caso de
Ecuador, la emigración ha sido impulsada tanto por factores estructurales como por
redes migratorias bien establecidas, que facilitan el proceso de adaptación en los
países de destino. Estas redes no solo proporcionan apoyo económico y logístico, sino
que también refuerzan la percepción de que emigrar es una opción viable y deseable.
Los migrantes no económicos como los refugiados y los migrantes de agrupación
familiar, basan su decisión de migrar, en un conjunto diferente de intenciones y, por lo
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