Comunicación y postmodernidad
Maria de los Angeles Pérez Pérez
Alejandro del Cristo Rodríguez Morell
Félix Germán Álvarez Téllez
Volumen: 14
Número: 4
Recepción: 28/05/2022 Aprobado: 30/09/2022
la URSS, la caída del campo socialista y el fin de la Guerra Fría, teniendo como máximo
símbolo la caída del muro de Berlín, se hace evidente el fin de la era bipolar. Esto
produce como consecuencia la cristalización de un nuevo paradigma, cuyo máximo
exponente social, político y económico es la globalización.
La idea central de la postmodernidad es que la renovación radical de las formas
tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social impulsada por el
proyecto modernista fracasó en su intento de lograr la emancipación de la humanidad y
de que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones actuales.
La postmodernidad defiende la hibridación, la cultura popular, el descentramiento de la
autoridad intelectual y científica y la desconfianza ante los grandes relatos que presenta
la sociedad en la actualidad.
Lyotard, representante clásico del postmodernismo considera que
La historia occidental es inconsistente a la luz del proyecto moderno de emancipación,
que los occidentales han experimentado una pérdida de confianza hacia el principio del
progreso general, que se basaba en la certeza de que el desarrollo del arte, la
tecnología, el conocimiento y las libertades sería beneficioso, y que las iniciativas, los
descubrimientos y las instituciones gozaban de cierta legitimidad en la medida en que
contribuían a la emancipación de la humanidad. (citado por Rodríguez, 1993, p. 52)
Postmodernidad y comunicación
La posmodernidad es una continuidad de algunos aspectos del pensamiento moderno,
pero es también discontinuidad, al deslindarse de muchos de sus planteamientos, por
no haber sido capaz la modernidad de alcanzar los ideales de orden y progreso.
La comunicación en la modernidad se caracterizó por el desarrollo del ferrocarril, el
telégrafo, el teléfono, el cine, la radio, la televisión, la prensa y el auge en la
comunicación de masas, que se convierte en industria de producción de capital
simbólico y responde a los intereses de la clase burguesa. Se emplea la propaganda
como medio de difusión de la ideología burguesa y la publicidad como forma de
comunicación y objeto de consumo cultural (Rodríguez, Pérez y Morales, 2019).
La posmodernidad es una época dominada por los medios de comunicación que se
convierten en centros de poder y portadores de la verdad, y lo que no se dice en ellos
pareciera que no existe en la realidad. Más importante que el contenido del mensaje, es
la forma en que se trasmite y la convicción que logra en los destinatarios. Hay una
colosal emisión de información, a veces contrapuesta, a la que el receptor le quita
realidad y pertinencia y en ocasiones la convierte en mero entretenimiento, se pierde la
intimidad y la vida de los demás se torna en un show, especialmente en las redes
sociales.
La aparición de Internet representó la pérdida de hegemonía de los medios masivos
tradicionales, que dejaron de ser la más importante fuente de información, pero facilitó
que aumentaran su poder con la incorporación de ediciones digitales que
proporcionaron la posibilidad de incrementar sus audiencias y su influencia con la
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