Toda esta situación, unida al desarrollo que han tenido en los últimos tiempos ciencias
como la psicología y la sociología, provocan que cada vez ocupe un plano más
relevante la reflexión sobre los problemas del ser humano y las mejores vías para su
solución y desarrollo plenos.
Hoy en día, la mayoría de los países de América, en medio de numerosas dificultades y
contradicciones que afectan todas las esferas de la vida social, enfrascados en un
intenso proceso de búsqueda de caminos y soluciones a los problemas que plantea la
construcción de una sociedad mejor, necesitan una concepción propia acerca del modo
de educar a las nuevas generaciones acorde con lo más actualizado de la ciencia
mundial. A través de la práctica educativa, una de las cuestiones que resulta
problemática lo constituye la necesidad de formar ingenieros industriales de excelencia,
que den respuesta a las necesidades y exigencias que nos impone el proceso de la
producción y los servicios (Finocchio y Legarralde, 2006).
El análisis de la práctica profesional del Ingeniero Industrial conlleva a reconocer que
los problemas de la práctica educativa y los de carácter profesional son multicausales y
de extraordinaria complejidad, que requieren de mayor profesionalidad e implicación en
las transformaciones a realizar (Barberán, 2018)
La estrecha relación entre la práctica concreta y la reflexión sobre las relaciones
universidad-sociedad, revelan que de las contradicciones entre la didáctica pensada y
la vivida surge un nuevo conocimiento, producido en medio de una práctica social
concreta.
El proceso de enseñanza-aprendizaje es complejo, multifactorial, de múltiples
interacciones, donde las condiciones son definitivamente las que favorecen o dificultan
el propio proceso y el resultado. Existen múltiples alternativas que deben analizarse en
función de los resultados esperados y así activar los procesos necesarios para
alcanzarlos (Castellanos y Ríos, 2010)
En el contexto del proceso de enseñanza-aprendizaje, la relación teoría-práctica es
vista de diferentes maneras: produce el conocimiento, como la teoría o teorías que se
asumirán y posibilitarán generar las transformaciones necesarias, las relaciones
existentes entre pensamiento y acción, la relación entre intenciones y realidad, las
relaciones entre teorías de base y la obtención de conclusiones prácticas operativas.
Todo ello en correspondencia con las exigencias que el contexto necesita.
La práctica es una actividad de carácter transformador, es consciente, está
históricamente condicionada y está sujeta al desarrollo. Surgen necesidades nuevas, lo
que exigirá obtener nuevas relaciones en el objeto de trabajo. Esto plantea la urgencia
de ampliar nuestro conocimiento sobre él; nacen así nuevos fines, tareas, cuya
satisfacción conduce a plantear interrogantes al saber constituido, y en caso de no
hallarse en él las respuestas necesarias, entonces aparece, como sucede en estos
momentos, una contradicción entre el saber existente y la necesidad de un nuevo
saber.
La contextualización, es un proceso lógico de desarrollo del profesional que le permite
ubicarse en las situaciones concretas de relevancia y actualidad en la asignatura,
disciplina, en la sociedad, y que es usada como marco motivacional y conductor
temático para la presentación, desarrollo y evaluación de los contenidos, con fines de