INGENIERÍA INDUSTRIAL: UNA DIDÁCTICA TRANSFORMADORA
INDUSTRIAL ENGINEERING: A TRANSFORMING TEACHING
Oswaldo Anibal Moreano Garcia
1
(pbarberab9469@gmail.com) https://orcid.org/0000-
0001-9132-119X
Fernando Jose Veloz Parraga
2
(pbarberab9469@gmail.com) https://orcid.org/ 0000-0002-
9976-470X
José Patricio Barberán Cevallos
3
(pbarberab9469@gmail.com) https://orcid.org/0000-0003-
1221-8085
RESUMEN
Los cambios económicos, sociopolíticos y los desafíos del desarrollo científico-técnico
que han emergido en el siglo XXI han acelerado un replanteo del camino a seguir para
satisfacer los nuevos requerimientos, conciliar las exigencias de la realidad presente
con las perspectivas del futuro. Ello determinó un cambio educativo orientado a
resolver las contradicciones presentes, entre ellas la necesidad de perfeccionar la
formación del Ingeniero Industrial, su profesionalidad, para poder enfrentar los desafíos
que conllevan la concreción de las transformaciones en la universidad. En este sentido,
se presenta a través de este artículo, una experiencia que permite reflejar en el
Ingeniero Industrial el fortalecimiento de una didáctica transformadora que caracteriza
la esencia humanista de su proceso de formación, de los métodos y habilidades
profesionales que garantizan la calidad universitaria, avalada por la experiencia
práctica acumulada en la enseñanza superior ecuatoriana.
PALABRAS CLAVES: Proceso de formación, universidad contemporánea, ingeniero
industrial.
ABSTRACT
The economic, socio-political changes and the challenges of the scientific-technical
development that have emerged in the 21st century have accelerated a rethinking of the
way forward to satisfy the new requirements, reconcile the demands of the present
reality with the perspectives of the future. This determined an educational change
oriented to solve the present contradictions, among them the need to perfect the
Industrial Engineer's training, his professionalism, in order to face the challenges that
lead to the concretion of the transformations in the university. In this sense, this article
presents an experience that allows the Industrial Engineer to reflect the strengthening of
a transformative didactics that characterizes the humanist essence of its training
process, the methods and professional skills that guarantee university quality, endorsed
by the practical experience accumulated in Ecuadorian higher education.
KEY WORDS: Training process, contemporary university, industrial engineer.
1
ster en Ciencias, Mención Energía. Ing. Industrial. Profesor de la Facultad de Ingeniería Industrial. Universidad
Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador.
2
ster en Sistemas Integrados de Gestión. Ingeniero Industrial. Profesor de la Facultad de Ingeniería Industrial.
Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador.
3
Profesor de la Facultad de Ingeniería Industrial. Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador.
Opuntia Brava ISSN: 2222-081x vol. 11. Núm.1. enero-marzo 2019
Recepción: 12-03-2018 Aprobado: 12-11-2018
El desarrollo humano deberá ser fundamento central y propósito último de las
aspiraciones de cualquier sociedad; en correspondencia con ello el cumplimiento pleno
de los derechos humanos de todos y cada uno de sus miembros deberá ser el requisito
más importante para generar procesos de desarrollo. La educación como proceso
universal comparte semejantes aspiraciones.
Los avances que se alcanzan con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, son
sorprendentes en este mundo globalizado y unipolar de la época actual. El poder de la
tecnología creada y manejada por el hombre cada día aumenta más y no siempre se
utiliza con fines que le proporcionen bienestar, ni todos lo tienen a su alcance. En la
lucha que se produce en este contexto entre el norte industrializado y el sur productor
de materias primas y suministrador de mano de obra barata, la sobrevivencia de las
viejas tecnologías como alternativa de los pobres y aún necesidad de los ricos, impone
el estudio de oficios con predominio de la acción física y manual del hombre para lograr
su perfeccionamiento y competitividad.
El quehacer educacional, en cada uno de los contextos de actuación evidencia un sin
número de insatisfacciones o limitaciones para obtener resultados superiores.
Las profundas transformaciones económicas, políticas y sociales que ocurren en el
mundo demandan de la educación universitaria, el perfeccionamiento continuo de sus
profesionales, centra sus esfuerzos en lograr una preparación profesional del Ingeniero
Industrial, de manera que le permita dar respuestas a la mayor diversidad de puestos
de trabajo para resolver los problemas técnicos y económicos en las diferentes ramas
de la economía (Plan Nacional para el Buen Vivir, 2013-2017)
En este contexto, se requiere de un Ingeniero Industrial que se adapte con rapidez,
flexibilidad y capacidad a los nuevos adelantos de la ciencia y la técnica, que sea capaz
de asimilar el mundo de impacto tecnológico creciente, los cambios y exigencias
tecnológicas, productivas, económicas y sociales en su entorno, que demuestre con su
desempeño eficiencia en el proceso de la producción y los servicios en el cual está
insertado laboralmente (ULEAM, 2013).
Lo anterior impone la necesidad de contribuir a la constante preparación del Ingeniero
Industrial en correspondencia con las transformaciones y prioridades de trabajo
establecidas para esta educación. En este sentido se encamina el presente artículo,
que tiene como objetivo presentar una experiencia que permite reflejar en el Ingeniero
Industrial el fortalecimiento de una didáctica transformadora que caracteriza la esencia
humanista de su proceso de formación, de los métodos y habilidades profesionales que
garantizan la calidad universitaria, avalada por la experiencia práctica acumulada en la
enseñanza superior ecuatoriana.
Valoración general entre didáctica y formación profesional
Las condiciones históricas-concretas en que vive el mundo contemporáneo están
marcadas por la dinámica de complejos procesos de cambios, transformaciones o
reajustes sociales, sobre todo en el marco económico y político.
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Toda esta situación, unida al desarrollo que han tenido en los últimos tiempos ciencias
como la psicología y la sociología, provocan que cada vez ocupe un plano más
relevante la reflexión sobre los problemas del ser humano y las mejores vías para su
solución y desarrollo plenos.
Hoy en día, la mayoría de los países de América, en medio de numerosas dificultades y
contradicciones que afectan todas las esferas de la vida social, enfrascados en un
intenso proceso de búsqueda de caminos y soluciones a los problemas que plantea la
construcción de una sociedad mejor, necesitan una concepción propia acerca del modo
de educar a las nuevas generaciones acorde con lo más actualizado de la ciencia
mundial. A través de la práctica educativa, una de las cuestiones que resulta
problemática lo constituye la necesidad de formar ingenieros industriales de excelencia,
que den respuesta a las necesidades y exigencias que nos impone el proceso de la
producción y los servicios (Finocchio y Legarralde, 2006).
El análisis de la práctica profesional del Ingeniero Industrial conlleva a reconocer que
los problemas de la práctica educativa y los de carácter profesional son multicausales y
de extraordinaria complejidad, que requieren de mayor profesionalidad e implicación en
las transformaciones a realizar (Barberán, 2018)
La estrecha relación entre la práctica concreta y la reflexión sobre las relaciones
universidad-sociedad, revelan que de las contradicciones entre la didáctica pensada y
la vivida surge un nuevo conocimiento, producido en medio de una práctica social
concreta.
El proceso de enseñanza-aprendizaje es complejo, multifactorial, de múltiples
interacciones, donde las condiciones son definitivamente las que favorecen o dificultan
el propio proceso y el resultado. Existen múltiples alternativas que deben analizarse en
función de los resultados esperados y así activar los procesos necesarios para
alcanzarlos (Castellanos y Ríos, 2010)
En el contexto del proceso de enseñanza-aprendizaje, la relación teoría-práctica es
vista de diferentes maneras: produce el conocimiento, como la teoría o teorías que se
asumirán y posibilitarán generar las transformaciones necesarias, las relaciones
existentes entre pensamiento y acción, la relación entre intenciones y realidad, las
relaciones entre teorías de base y la obtención de conclusiones prácticas operativas.
Todo ello en correspondencia con las exigencias que el contexto necesita.
La práctica es una actividad de carácter transformador, es consciente, está
históricamente condicionada y está sujeta al desarrollo. Surgen necesidades nuevas, lo
que exigirá obtener nuevas relaciones en el objeto de trabajo. Esto plantea la urgencia
de ampliar nuestro conocimiento sobre él; nacen así nuevos fines, tareas, cuya
satisfacción conduce a plantear interrogantes al saber constituido, y en caso de no
hallarse en él las respuestas necesarias, entonces aparece, como sucede en estos
momentos, una contradicción entre el saber existente y la necesidad de un nuevo
saber.
La contextualización, es un proceso lógico de desarrollo del profesional que le permite
ubicarse en las situaciones concretas de relevancia y actualidad en la asignatura,
disciplina, en la sociedad, y que es usada como marco motivacional y conductor
temático para la presentación, desarrollo y evaluación de los contenidos, con fines de
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aprendizaje. Además, permite revelar los vínculos del método de la ciencia con el
contenido de la misma y a su vez, reproducir los contenidos acerca de un objeto
mediante la actividad teórica y su integración con la práctica.
Como contexto puede ser escogido un problema profesional, lo que satisface en estos
casos los principios de la enseñanza problémica, pero debe cumplir que sirva de hilo
conductor en la presentación y desarrollo de un contenido. Los contextos se escogen
por su relevancia contemporánea, novedad intelectual y su relación con la tecnología
moderna y las cuestiones educacionales más actuales. El Ingeniero Industrial debe
aprender a contextualizar histórica y socialmente su actividad profesional,
preguntándose por el significado social de los contenidos que trasmite y de los métodos
y formas que usa dentro del conjunto de las relaciones sociales vigentes. Esto significa
situar los fenómenos desde el punto de vista de su desarrollo histórico.
El proceso de enseñanza-aprendizaje debe estudiarse e investigarse desde su
dimensión proyectiva, que incluye su diseño, ejecución, evaluación, y orienta sus
resultados a lo personal y social, partiendo de un presente diagnosticado hasta un
futuro deseable, donde se debe reconocer la multilateralidad de interrelaciones, así
como la heterogeneidad de los participantes.
Esta constante evaluación contextualizada de las situaciones profesionales concretas
permitirá al Ingeniero Industrial el análisis crítico para superar los desafíos
metodológicos que surgen en el ejercicio profesional.
El buen Ingeniero Industrial necesita mantener el dominio sobre el formalismo
mecánico de las normas técnicas, en lo que debe saber cuándo, dónde y cómo
adaptarlas de modo que se tornen provechosas y eficaces. Solo se conseguirá esto si
se comprenden los principios generales y los criterios que regulan la selección y la
aplicación de las técnicas específicas de la dirección del aprendizaje (Barberán, 2018)
La esencia del aprender no consiste en repetir mecánicamente textos de libros ni en
escuchar con atención explicaciones verbales de un docente. Consiste, en la actividad
mental intensiva a la que el Ingeniero Industrial se dedique en el manejo directo de los
datos de la materia, procurando asimilar su contenido. Esa actividad mental intensiva
puede asumir las más variadas formas, conforme a la materia estudiada.
Esta relación de actividades desarrolladas por el Ingeniero Industrial dista mucho de
ser completa; existen, además, muchas otras formas prácticas que, combinadas,
producen los resultados deseados, por cuanto son auténticas experiencias de
aprendizaje.
El denominador común de todas estas formas prácticas de aprendizaje es el carácter
reflexivo y asimilador de las actividades profesionales con experiencias concretas de
trabajo reflexivo sobre los hechos y valores de la cultura y de la vida. Esas
experiencias, cuando se prosiguen sistemáticamente, ejercen una enorme influencia
dinamizante sobre la personalidad del Ingeniero Industrial, modificando
substancialmente su actitud y su comportamiento, lo que ayuda a la formación de
nuevas actitudes, más ajustadas y eficaces. Así se origina la tesis corriente de que el
aprendizaje consiste esencialmente en modificar el comportamiento del Ingeniero
Industrial y enriquecer su personalidad. Efectivamente, toda auténtica experiencia
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reflexiva de aprendizaje debe proponerse concretamente estos resultados (Secretaría
de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (2014):
Modificar la actuación del estudiante.
Promover la formación de nuevas actitudes, más inteligentes, ajustadas y
eficaces.
Enriquecer la personalidad del estudiante con nuevos y mejores recursos de
pensamiento, acción y convivencia social.
En eso estriba el verdadero valor del aprendizaje, el cual no puede verse desvinculado
de la enseñanza en aras de organizar de manera planificada y científica las
condiciones susceptibles de potenciar los tipos de aprendizajes que buscamos, es
licitar determinados procesos en los educandos, propiciando en ellos el enriquecimiento
y crecimiento integral de sus recursos como seres humanos. Para ello se favorece:
La apropiación activa y creadora de la cultura. En la que se intercambian, se re-
crean y se crean significados, sentimientos y modos de actuación que permiten
comprender (darle sentido) la realidad objetiva y subjetiva, y actuar sobre ella
para adaptarse y/o transformarla.
Los aprendizajes desarrolladores (activos, constructivos, significativos,
integradores y enriquecedores)
Las experiencias afectivas, que estimulan la formación de sentimientos,
actitudes, normas y valores (que son, en principio, acordes al ideal de ser
humano que persigue la sociedad concreta en armonía con las necesidades
individuales y particularidades de las personas).
La planificación y dirección científicas.
El aprendizaje en unidad con la enseñanza. A través de la enseñanza se
potencia no solo el aprendizaje sino el desarrollo humano siempre y cuando se
creen situaciones en las que el sujeto se apropie de las herramientas que le
permitan operar con la realidad y enfrentar al mundo con una actitud científica,
personalizada y creadora.
Un proceso de enseñanza-aprendizaje eficiente ubica al Ingeniero Industrial en
situaciones que representan un reto para su forma de pensar, sentir y actuar. En dicho
proceso se develan las contradicciones entre lo que se dice, lo que se vivencia y lo que
se ejecuta en la práctica.
El proceso de enseñanza-aprendizaje se concreta en una situación creada para que el
Ingeniero Industrial aprenda a aprender. Se constituye en un proceso dialéctico donde
se crean situaciones para que el sujeto se apropie de las herramientas que le permitan
operar con la realidad y enfrentar al mundo con una actitud científica, personalizada y
creadora.
El Ingeniero Industrial es el protagonista y el responsable de la enseñanza. Es un
agente de cambio que participa desde sus saberes, en el enriquecimiento de los
conocimientos y valores más preciados de la cultura y la sociedad. Asume la dirección
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creadora del proceso de enseñanza-aprendizaje, planifica y organiza la situación de
aprendizaje y evalúa el proceso y el resultado porque (CEAACES, 2015):
Basa su autoridad como profesional en el conocimiento de su disciplina, en la
metodología de la enseñanza y en el dominio de una concepción humanista del
aprendizaje del crecimiento humano y del proceso grupal.
Coordina grupos de estudiantes, a los que brinda elementos de análisis que
provienen de los referentes teóricos-metodológicos sistematizados en la ciencia
y en la cultura, con el propósito de ayudarles a vencer los obstáculos de la tarea
de aprendizaje y contribuir a su crecimiento como ser humano.
Es el protagonista y el responsable de su aprendizaje.
Es un participante activo, reflexivo y valorativo de la situación de aprendizaje,
donde asimila la cultura en forma personalizada, consciente, crítica y creadora
en un proceso de crecimiento contradictorio y dinámico en el que construye y
reconstruye con otros sus aprendizajes de la vida, con vistas a alcanzar su
realización plena.
Es capaz de usar y generar estrategias para planificar, orientar, organizar, y
evaluar sus propios aprendizajes en función de los objetivos que se traza.
El proceso de enseñanza-aprendizaje es comunicativo por su esencia, considerando
que todas las influencias educativas que en él se generan, a partir de las relaciones
humanas que se establecen en el proceso de actividad conjunta, se producen en
situaciones de comunicación.
Es en la relación entre la actividad y la comunicación, que se establece el vínculo
profesor-estudiante, estudiante-estudiante, estudiante-conocimiento, estudiante-
vivencia, estudiante-práctica concreta. En esta red de vínculos se estructura la
personalidad, tiene lugar en la institución educativa una parte importante del
crecimiento de los seres humanos (Leontiev, 1975).
Formación, didáctica y creatividad
La educación se presenta como una de sus llaves de acceso. Como respuesta a los
nuevos desafíos, se plantea que una posible solución es que todos aprendamos a
aprender.
La educación ha de adaptarse a los cambios sin dejar de trasmitir el saber adquirido,
los principios y los frutos de la experiencia y formar al hombre necesario para enfrentar
los nuevos desafíos. Para ello es preciso que se proyecte hacia ideales de paz, libertad
y justicia social, en una palabra: debe favorecer el desarrollo humano.
La verdadera educación no solo debe proporcionar la reserva de conocimientos
necesarios al individuo, sino la forma de lograrlos sin límites para toda la vida en
saberes fundamentales:
Aprender a conocer Para adquirir los instrumentos de comprensión
Aprender a hacer Para influir en el entorno
Aprender a vivir juntos Para cooperar y participar
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Aprender a ser Síntesis creadora
El aprender expresa la máxima potencialidad humana de cada persona, que por
misma puede y debe descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades.
Aprender a conocer. Para adquirir los instrumentos de comprensión se debe tender al
logro del dominio de los instrumentos del saber como medio y fin de la vida. Como
medio para aprender a comprender el mundo con vistas a vivir con dignidad y
desarrollar capacidades profesionales y como fin para disfrutar el placer de
comprender, de descubrir.
Aprender a hacer. Para influir en el entorno hay que entenderlo indisolublemente ligado
al anterior puesto que para hacer algo hay que conocer.
El progreso científico técnico modifica fundamentalmente el carácter del nculo teoría
práctica. La máquina no sustituye al hombre; sin él, ella no existiría ni se avanzaría
todo lo necesario. La competencia en la actualidad y en el próximo siglo adquiere otros
ribetes. La formación del individuo técnica y profesionalmente no se puede divorciar de
su comportamiento social, ni de sus aptitudes para trabajar en equipo, ni de su
capacidad de iniciativa y de asumir riesgos, en tanto es el principal agente de cambio.
La interacción entre los individuos debe cuidarse en el proceso de alta tecnificación,
debido a que puede perderse la propia esencialidad humana. Una quina no puede
intuir, no puede crear un espíritu de equipo, una máquina no puede sentir, ni se
solidariza, no asume posiciones éticas.
El futuro se vincula a la adquisición de la cultura científica que permita acceder a las
modernas tecnologías, pero no se puede descuidar el desarrollo de las capacidades
creadoras y de innovación ni permitir una subordinación absoluta a las ventajas de la
tecnología que subsuman al ser humano en una incertidumbre o callejón sin salida.
Hay que aprender a hacer para poder crear el futuro. Aprender a vivir juntos, aprender
a vivir con los demás, para poder cooperar y participar se presenta el problema de
cómo ayudar a favorecer la paz, a solucionar los conflictos y fomentar el intercambio
cultural. Promover la cooperación, la formación de una personalidad superior, la que
requiere el nuevo siglo a manera de lograr la síntesis: aprender a ser.
Esto implica el logro de la integralidad del Ingeniero Industrial. La educación debe
contribuir a ello, al desarrollo de cada persona, de su cuerpo y mente, inteligencia,
sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad. Cada persona
debe ser íntegramente capaz de tener un pensamiento autónomo y crítico, de elaborar
un juicio propio, de determinar por mismo qué hacer ante cada disyuntiva con una
orientación valorativa correcta, hacia el progreso.
El desarrollo de las nuevas tecnologías de comunicación e información, su poder,
puede llevar a un proceso de deshumanización que es preciso prevenir. La actividad
profesional debe lograr sólidos conocimientos científicos y técnicos en correspondencia
con el desarrollo social, con hábitos y convicciones.
Se hace necesario ponderar entonces la Carta del Maestro Latinoamericano elaborada
en el Seminario Regional de la UNESCO donde se señalan sus condiciones y
obligaciones fundamentales que ayudan a valorar su papel en nuestro contexto:
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Recepción: 12-03-2018 Aprobado: 12-11-2018
En lo ético: trabajar para que los más altos valores morales iluminen y dirijan la
conciencia y conducta integral de los individuos, hasta elevarlos a la categoría
de personalidades responsables.
En lo científico: trasmitir los elementos básicos de la ciencia y despertar la
inquietud por ampliar el conocimiento.
En lo estético: estimular en las nuevas generaciones la expresión artística y
capacitarlas para apreciar las bellezas de la naturaleza y las obras de arte, que
deben considerarse como medios de elevación y dignificación humanas.
En lo filosófico: integrar la formación profesional con una concepción del mundo
y del hombre inserta en la realidad histórica, de modo que luego pueda
trasmitirla en la universidad.
En lo social: el profesional debe convertirse en agente estructurador y
perfeccionador de la democracia, a fin de contribuir eficazmente a la rectificación
de las injusticias sociales y señalar normas de más justa convivencia.
En lo económico: enseñar el aprovechamiento inteligente de los recursos
naturales de su propio país y de los medios de transformación en beneficio de
todos los pueblos.
En lo cívico: hacer de sus discípulos ciudadanos que sepan cumplir sus deberes
y hacer uso correcto de sus derechos, como miembros de un estado americano
que, por sobre todo, debe garantizar las libertades del hombre y fomentar la
cooperación internacional.
Se demanda a la educación un desarrollo individual y colectivo superior, en lo cual el
profesional tiene un papel decisivo puesto que no solo debe proporcionar los
conocimientos necesarios al individuo, sino la forma de lograrlos para toda la vida.
El trabajo creador del Ingeniero Industrial es imprescindible ante las demandas
actuales dadas la calidad de su trabajo y su propia autoproyección que garantizan el
éxito.
CONCLUSIONES
Se requiere un profesional para enfrentarse al mundo laboral, flexible y trascendente, lo
que implica un adecuado desempeño profesional.
El desarrollo del Ingeniero Industrial adquiere cualidades trascendentes, por ello es que
influye en el proceso de formación para conciliar el extraordinario desarrollo de los
conocimientos con las capacidades de asimilación.
Profundizar en el contenido del Ingeniero Industrial posibilita mejorar el proceso de
formación profesional, en el cual se integren los conocimientos teóricos y prácticos con
los valores y su proyección en la acción grupal e individual, lo que es un elemento
importante del modo de actuación de este profesional.
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Recepción: 12-03-2018 Aprobado: 12-11-2018
REFERENCIAS
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desde la Universidad Laica Eloi Alfaro de Manabí. Opuntia Brava, 10(1).
Recuperado de http://opuntiabrava.ult.edu.cu
Barberán, J. P. (2018). La formación de habilidades: un procesamiento para la formacn
profesional del Ingeniero Industrial en la ULEAM. Opuntia Brava, 10(1).
Recuperado de http://opuntiabrava.ult.edu.cu
Castellanos, R. y Ríos, M. (2010). La formación docente desde la perspectiva de
profesores y directivos. Revista Iberoamericana de Educación, 52(5), pp. 23-29.
Recuperado de http://www.rieoei.org/deloslectores/3357Castellanos.pdf
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Ecuador. Recuperado de http://www.ces.gob.ec/gaceta-oficial/reglamentos
Finocchio, S. y Legarralde, M. (2006). Formación continua en América Latina. Cuadernos
de Estudios Empresariales, (15), pp.6-8. Recuperado de
http://www.fundacioncepp.org.ar
Leontiev, A. N. (1975). Actividad, conciencia y personalidad. La Habana: Pueblo y
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Plan Nacional para el Buen Vivir (2013-2017). Recuperado de
http://www.buenvivir.gob.ec
Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (2014).
Convocatoria a la presentación de programas/proyectos de investigación científica
y tecnológica. Quito, Ecuador.
ULEAM (2013). Modelo Educativo: Manual de Información y Orientación Académica de
la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Ecuador: Mar Abierto.
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