Asimismo, es indispensable concebir la profesionalidad en la medida en que la actividad
profesional se desempeña con independencia y creatividad, cuando los sujetos
involucrados son capaces de analizar críticamente su práctica educativa y llegan, por la
vía de la ciencia, a encontrar nuevas alternativas que permitan resolver los problemas
más emergentes que la afecten. De igual modo, cuando estos enfrentan los retos que
demanda a la educación.
De este modo, investigar la diversidad de problemas en el entorno educativo conlleva la
necesidad de aprender a trabajar en equipos multidisciplinarios, en los cuales cada
especialista, desde sus fortalezas, es capaz de aportar elementos que contribuyan a
solucionar dichos problemas. Estos, al emanar directamente de la realidad, no se
resuelven fácilmente a partir de una sola arista de análisis, sino que su solución se
encuentra más fácilmente desde la interdisciplinariedad.
La necesidad de formar profesionales comprometidos, competentes y creativos,
responde a los retos que impone la sociedad actual. Ello se debe a la exigencia de que
el proceso de formación profesional incorpore una nueva perspectiva a las
características y los objetivos generales, los cuales deben conducir a elevar la
profesionalidad de los docentes (Asamblea Nacional del Ecuador, 2010).
Lo anterior permite un desempeño profesional exitoso, marcado por la constante
búsqueda, instrumentación y evaluación de alternativas científicas de solución a los
problemas de la realidad social educativa, así como la proyección científica de los
cambios que el futuro demanda, o sea, utilizar la ciencia para perfeccionar el hoy
educativo y proyectar el mañana (Carpio, 2005).
A partir de las ideas anteriores se pretende evidenciar los retos fundamentales que
enfrentan los estudiantes en el proceso de formación en la universidad contemporánea,
en aras de prepararse como egresados cultos, independientes, hacedores. Por tanto,
se requiere la formación de un nuevo profesional, reflexivo, competente, crítico, que
exige desarrollar el pensamiento alternativo por medio del conocimiento en la acción, de
la reflexión en la acción y sobre la acción.
Es bueno significar que para lograr el desempeño profesional se requiere del sistema
de actividad y comunicación en que el estudiante está inmerso en su formación
profesional en, desde y para un contexto (Cabrera, 2003). Por esta razón, resulta
necesario que se aprovechen al máximo las amplias posibilidades formativas que
dichos contextos ofrecen.
En la medida en que el estudiante conoce más el contexto, el contenido y se conoce
mejor a sí mismo, tiene más posibilidades de hacer que su desempeño profesional sea
flexible, independiente y proyectivo. Es innegable, por tanto, la necesidad de una visión
integradora, pero que se traduzca en acciones concretas encaminadas a cambios que
impliquen un correspondiente saber.
En tal sentido, la universidad tiene la función de proyectar la cultura hacia la comunidad,
esto es promoverla al mismo tiempo que se nutre de ella. Lo anterior se desarrolla por
medio de la extensión universitaria, que tiene como objeto el proceso de relaciones con
la comunidad y como contenido, la cultura acumulada y en desarrollo. Su pertinencia
posee una relación directa con las expectativas y sensaciones de la sociedad, ya que
no solo actúa en forma pertinente cuando responde eficazmente a las demandas