
En la actualidad la Universidad cubana tiene entre sus principales premisas la
formación de profesionales competentes capaces de cultivar la responsabilidad social
de los sectores vinculados al desarrollo científico tecnológico y la innovación.
El concepto de competencia, es el nuevo paradigma de la educación y de la gestión de
recursos humanos, que surge de la necesidad de lograr una mayor articulación entre la
docencia, la producción y los servicios; podría plantearse que esta articulación intenta
establecer un balance entre las necesidades de la sociedad, los profesionales y los
centros formadores.
En torno a la definición de competencia profesional confluyen disímiles definiciones
entre las que se destacan: Fuentes (2010), Tejeda y Sánchez (2012), Tobón (2013),
Villaroel y Bruna (2014), Tejeda (2016), Moya, Alonso y Tejeda (2016), Maury, Marín,
Ortiz y Gravini (2018), Ronquillo, Cabrera y Barberán (2019).
De las definiciones antes referidas se manifiesta una diversidad de interpretaciones y
propuestas del término de competencia, aunque es importante precisar que en sus
diferentes variantes, se trata de incorporar una concepción más amplia y profunda de
formación la cual a diferencia del enfoque de formación de habilidades, contribuye a
generar objetivos y tareas dirigidos a demostrar, desde la totalidad, los elementos que
intervienen en él y que llevan a los resultados deseados.
Del análisis realizado a las características y diversos conceptos ofrecidos respecto al
término de competencia profesional, se asume lo planteado por Tejeda y Sánchez
(2012) donde se reconoce “una cualidad humana que se configura como síntesis
dialéctica en la vinculación funcional del saber (conocimientos diversos), saber hacer
(habilidades, hábitos, destrezas y capacidades) y saber ser (valores y actitudes) que
son movilizados en un desempeño idóneo a partir de los recursos personológicos del
sujeto, que le permiten saber estar en un ambiente socioprofesional y humano en
correspondencia con las características y exigencias complejas del entorno.” (p.21)
De este concepto se considera a criterio valorativo de los autores de este trabajo que
las competencias profesionales del estudiante de Licenciatura en Economía constituyen
cualidades humanas que se configuran como síntesis de la vinculación del saber
(conocimientos sobre el sistema económico), saber hacer (habilidades asociadas al
proceso económico financiero) y saber ser (valores profesionales asociados al proceso
económico financiero), expresadas mediante su desempeño profesional sobre la base
de los recursos personológicos del sujeto, que le permiten resolver problemas en el
campo del sistema económico (incluyendo otros no predeterminados) con calidad y
eficiencia.
Las competencias profesionales, reflexiona Fuentes (2010), “están en el desarrollo del
ser humano, que es capaz de desempeñarse en un puesto de trabajo o en otro
cualquiera y, por lo tanto, se basa en sus potencialidades, en su capacidad de
transformación, en sus cualidades humanas y en su actividad humana.” (p.37).
Entonces, en el contexto de la formación de la competencia profesional (humana,
centrada en el sujeto), su elemento novedoso, es que constituye una formación en
contextos, en desempeños y se desarrolla en la actividad del ser humano y en su
capacidad transformadora.
Opuntia Brava ISSN: 2222-081x vol. 11. Núm.1. enero-marzo 2019
Recepción: 15-03-2018 Aprobado: 09-10-2018