un profesional de la educación competente, capaz de ejercer influencias educativas
positivas en sus estudiantes para que se cumpla así el objetivo de la educación cubana,
la preparación integral de las nuevas generaciones.
Al respecto, Orozco (2009, p. 10 citado por Santiesteban, 2015, p. 2) refiere que la
educación martiana “…tiene como esencia la preparación del hombre para la vida…”,
entendida como “…la máxima expresión de la relación hombre-sociedad. Para ello el
maestro tendrá que eliminar barreras, de lo dogmático, lo preconcebido, lo conservador,
lo rutinario y formal”. De ahí que el profesional en formación inicial debe “…poseer
capacidades con espíritu de autopreparación permanente, investigar, crear y disfrutar su
relación con el alumno…”, en tanto constituye “…un elemento integrativo de cada modelo
curricular y este a su vez es reflejo de paradigmas sociales imperantes…”.
Son diversas las exigencias sociales a la universidad en la formación integral de los
profesionales, de ahí que estas tengan
como prioridad formar un profesional apto para satisfacer las necesidades actuales y
futuras en la sociedad, en función de enfrentar los cambios vertiginosos en el mundo
contemporáneo, lo que exige una formación en la que se alcancen los objetivos con
niveles de excelencia y el profesional que se forma se distinga de otros profesionales, por
el carácter educativo de su actividad. (Mulet, 2013, p. 2)
La formación inicial del profesional de la educación en el siglo XXI impone crecientes
retos académicos, científicos y laborales e introduce cambios en su actividad profesional,
en la cual el desarrollo de la comunicación ocupa un lugar esencial. Este profesional
constituye la fuerza especializada que concreta sus acciones en la formación de las
nuevas generaciones, en unidad con otros agentes y agencias formadoras, acorde con
las necesidades y exigencias sociales que demandan un hombre capaz de dar solución a
los problemas de la vida en los diversos contextos de su convivencia social.
Nada podrá decirse o escribirse acerca de la educación en Cuba sin mencionar los
aportes realizados por el Comandante en Jefe, con énfasis en su ejemplaridad, su
insaciable búsqueda de la equidad y la justicia para todos, la igualdad de oportunidades,
el estímulo constante por el conocimiento, su ejemplo como comunicador, al asumir que
la ética y la justicia social sustentan el pensamiento pedagógico del máximo líder.
En el acto de graduación del primer curso de maestros primarios expresó: “Educar es
todo, educar es sembrar valores, es desarrollar una ética, una actitud ante la vida. Educar
es sembrar sentimientos. Educar es buscar todo lo bueno que pueda estar en el alma de
un ser humano” (Castro, 1981, p. 6). El maestro es un profesional que tiene en sus
manos una gran responsabilidad, la formación integral de niños, adolescentes y jóvenes;
de modo que la educación en el mundo necesita ser cada vez más eficiente, su calidad
es uno de los grandes retos de la época contemporánea. Las palabras de Fidel revelan la
complejidad y trascendencia de la profesión pedagógica, la que ha sido enaltecida a
través de su comunicación, estimulante y emotiva, hacia los maestros y profesores.
El Modelo del Profesional de la Educación (Cuba. Ministerio de Educación Superior,
2016) para la carrera Licenciatura en Educación, en la especialidad Pedagogía-
Psicología, como representación del ideal a alcanzar en el proceso formativo, se proyecta
por lograr en ellos el amor a la profesión, que evidencien cualidades en correspondencia
Opuntia Brava ISSN: 2222-081x vol. 11. Núm.1. enero-marzo 2019
Recepción: 20-09-2018 Aprobado: 08-12-2018