Podemos observar cómo se establecen conexiones formales entre las nuevas tecnologías y la
enseñanza-aprendizaje del idioma inglés. Por otra parte, se contempla que el área del idioma
inglés contribuye activamente a la consecución de la competencia básica denominada como
tratamiento de la información y competencia digital, con su utilidad para comunicarse en
contextos reales de comunicación:
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación ofrecen la posibilidad de comunicarse en
tiempo real con cualquier parte del mundo y también el acceso sencillo e inmediato a un flujo
incesante de información que aumenta cada día. Podemos afirmar que se considera
beneficiosa y necesaria la introducción de las nuevas tecnologías en el aula para facilitar los
procesos de adquisición del lenguaje, la comunicación y la competencia intercultural.
Aspectos a considerar en la utilización de los medios en el aula de inglés
Pere Marqués (2015), Como se ha mencionado anteriormente, cualquier actividad escogida
para ser aplicada en el aula debe ser analizada y preparada para estudiantes concretos y
objetivos de aprendizaje. No todas las actividades que encontramos en la red pueden ser
apropiadas para ponerlas en práctica, o pueden no transmitir contenidos suficientemente
significativos.
En la mayoría de los casos, los profesores, en un intento por introducir las Tecnologías de la
Información y la Comunicación en el aula, se encuentran con recursos online
descontextualizados, obsoletos y sin un contenido apropiado para aportar a los alumnos. Para
reducir la posibilidad de encontrarnos con que los recursos no eran tan apropiados como se
creía o que no causan la reacción esperada en los estudiantes, se deberá planificar
cuidadosamente nuestra intervención, analizando previamente lo significativo de cada actividad
introducida.
Entre los autores que han investigado acerca de los recursos educativos se destaca Cacheiro
(2011, pp. 69-81), quien considera que:
Es conveniente que el propio profesor elabore sus propios recursos adaptados, la tecnología
debe abrir la posibilidad de que sea el educador el que configure los recursos para un fin
determinado. Esta recomendación cobra un sentido especial cuando de idioma inglés se
trata. Para aplicar las Tecnologías de la Información y la Comunicación en el aula de inglés
no sólo necesitamos tener los medios adecuados, sino que, además, necesitamos planificar
un planteamiento específico de cómo pueden ajustarse a nuestro contexto para optimizar la
adquisición de la lengua.
Los enfoques metodológicos para la enseñanza-aprendizaje del idioma inglés deberían servir
como referencia al profesor de inglés para, a partir de ellos, desarrollar actividades que puedan
contener la presencia de las tecnologías en mayor o menor medida.
Según Canale y Swain (1995), la acción docente debe estar reflejada en la programación y
complementarse con una mayor integración de las nuevas tecnologías. Para ello se deberán
tener en cuenta todos los aspectos que abarca la aplicación de una metodología determinada
en el aula de inglés: el rol del profesor, el rol del estudiante, las actividades, la evaluación, los
contenidos que se van a desarrollar, el input que se transmitirá a los estudiantes, el nivel que
los mismos poseen, etc. Como para cualquier otra actividad, la inserción de los medios
tecnológicos en el aula debe tener una justificación y contextualización dentro del grupo
escolar que se desarrolle el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por otra parte, será fundamental que en la preparación de actividades con recursos
tecnológicos se compruebe previamente que los materiales que vamos a utilizar funcionen,
simulando la tarea que deberán realizar los estudiantes y revisando con anterioridad el
hardware, software y otros elementos que vayamos a necesitar. Finalmente, debemos
asegurarnos y prever que los elementos organizativos sean adecuados (distribución de los
estudiantes en el aula, tiempo de la actividad, etc.) y estén disponibles los espacios de la
universidad donde queramos poner en práctica el recurso.
El profesor de inglés deberá reflexionar y plantearse una serie de interrogantes que guiarán su
acción antes de la aplicación de un recurso en el aula. A continuación, se ilustran algunas de
ellas que pueden servir de referencia para una acción educativa e introducción fundamentada
de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en el aula de inglés:
¿Cuál es la metodología que lo fundamenta?
¿Son los objetivos y contenidos lo suficientemente significativos?
¿Se ajusta al contexto disponible y a las características de los estudiantes?
¿Tienen los estudiantes suficientes contenidos y habilidades como para completar la tarea