Las redes sociales se han consolidado como herramientas que favorecen los procesos
de colaboración con investigadores de un mismo campo con distintos niveles de
experiencia en investigación, en ámbitos tanto nacionales como internacionales.
Asimismo, abren nuevas alternativas para realizar procesos de comunicación, también
se genera una participación activa, una mejor distribución de la información (Ajjan y
Hartahorne, 2008; Moreno y Salinas, 2011; Mero, Merchán y Mackenzie, 2017).
Cabe señalar que la información más relevante obtenida em este sentido se alcanza en
el uso y presencia de los docentes en Linkedin, Academia.edu, ResearchGate, con un
porcentaje más alto. Se precisa destacar que estas redes son conocidas como las
redes sociales para los investigadores y académicos, y profesionales del sector
empresarial, surgen como plataformas de difusión y visibilidad de la producción
científica y nacieron bajo ese empeño de compartir, hacer público y de modo gratuito
los resultados académicos y científicos.
Se concuerda con otras investigaciones en las que revelan que estas herramientas
permiten crear comunidades científicas que, a través de las tecnologías participativas y
comunicativas, consienten potenciar las relaciones entre especialistas con la finalidad
de desarrollar actividades de investigación y por otra parte difundir la producción
científica y académica de los usuarios miembros de dichas comunidades. Es un modo
de divulgación instantánea y rápida, y de mejorar la visibilidad (Roig-Vila, Mondéjar y
Lorenzo-Lledó, 2016; Romero, Peralta, Nictadys y Rivas, 2018).
En otra experiencia en la Universidad de Salamanca, se informa que la difusión de la
producción científica a través de redes sociales académicas, ResearchGate y Academia
se establecen como potentes herramientas de difusión y evaluación científica y
académica (Carreño, 2017).
En lo relativo a la valoración sobre el nivel de satisfacción de las actividades de
postgrado desarrolladas, el 96,5% de los encuestados la considera excelente y resaltan
la calidad de las actividades prácticas desplegadas y el rol del facilitador. Es evidente
que este tipo de experiencia puede ser extendida a otros profesionales teniendo en
cuenta que las habilidades para el uso de las herramientas de infotecnología son
necesarias para los docentes. En este trabajo se concuerda con otros autores que
obtuvieron una eficiencia entre el 85 y 90% en este mismo tema en universidades de
Cuba y Argentina (Zamora, Cañedo y Chaviano, 2008; Soler, Antúnez, Ramírez y
Rodríguez, 2012; Zachman 2015).
A partir de los instrumentos aplicados a los participantes, se observó que el uso de las
herramientas de infotecnología constituye un recurso imprescindible para fortalecer esta
actividad investigativa. Sin embargo, de acuerdo con los hallazgos encontrados, todavía
muchas actividades se hacen utilizando herramientas tradicionales en los procesos de
investigación, sin aprovechar al máximo la potencialidades de las TIC.
El análisis realizado permite concluir que las herramientas de infotecnología son bien
acogidas por los docentes en tanto constituyen un apoyo para el proceso de gestión de
la información científica, favorecen la calidad de los trabajos investigativos. A pesar de
la adquisición de las habilidades del profesorado en el uso de estos recursos, todavía
no es suficiente y se requiere seguir fortaleciendo estrategias de capacitación que
permitan alcanzar una mayor cultura infotecnológica que favorezca la utilización, de