considerarse desdichados, que es una forma de culpar a la madre, al padre u a otra
persona cercana de su falta de afecto entre otros muchos.
Si la personalidad, en edades escolares, se va formando por los ejemplos de una familia
ausente o fragmentada, donde no se expresan sentimientos paternaleso maternales y,
en muchos casos, como consecuencia, los representantes a su cargo ejercen malos
tratos y abusos, es muy posible que ellos reproduzcan esas conductas en su adultez
(Remón y Escobar, 2018, p.18).
Ante esa realidad, lo más adecuado es poder trabajar a nivel preventivo con el escolar y
con la madre o el padre, o los representantes de familiaen la preparación ante la
separación, la búsqueda de un sustituto adecuado y de apoyo familiar. Una vez
ocurrido, el trabajo de orientación a la familia, está dado en lograr la necesidad afectiva,
para preparar al escolar ante el abandono, ayudarlos a que desarrollen un sentimiento
de seguridad personal y valoración que le permita poder paliar dicha carencia.
Por ello, es importante que, como resultado del trabajo desarrollado, el escolar pueda
explorar la pérdida sufrida y logre entender que no se pudo hacer de otra forma; que las
personas que los abandonaron en ese momento, no pudieron ayudarlo a comprender la
situación, para que aprendiera de lo sucedido, y se apoyara en sus capacidades y
potencialidades para mirar hacia delante de una forma diferente.
Otro ángulo lo es sin dudas, la relación causal de interdependencia entre lo cognitivo y
lo afectivo referido a la problemática; sobre todo en lo segundo influye la elevación de la
autoestima, la autoconfianza y la autovaloración. La desatención de la esfera afectiva
puede ocasionar la aparición de trastornos terciarios en la personalidad. Lo señalado
por Vigotsky (1964,1979), de que la enseñanza conduce al desarrollo y el postulado de
zona de desarrollo próximo, es vital en este análisis, pues la reversibilidad, la
temporalidad del retardo, depende en gran medida de la influencia desarrolladora de la
enseñanza; por eso, los escolares deben aprender en condiciones educativas
favorables para lo cual la preparación de la madre, el padre, representantes de familia y
los docentes, en este caso, es esencial.
En otro orden, la “prevención” es un término o concepto tan universal que es aplicable a
cualquier esfera de la sociedad, la naturaleza, la salud física y psíquica, entre otras. Las
ideas y definiciones respecto al término han transitado por un proceso evolutivo en el
tiempo. En él ha tenido que ver mucho el efecto de diversas investigaciones y trabajos
científicos de diversa índole, los cuales han ido generando cambios (Albalajedo,
Algarra, Amat, Amat, Barba, Bellot, Segura, (2014); Bahamón, (2014), entre otros);
desde una simple advertencia e información sobre los daños que acarrea asumir alguna
conducta socialmente reprobable, muy parecido al enfoque ético-legal, hasta formar la
conciencia más profunda sobre la complejidad de la conducta humana tanto individual
como social.
Lo analizado sobre el término hace inferir también, desde los referentes enunciados,
que deben producirse en la madre, el padre y/o los representantes de familia diversas
transformaciones:
• Deben tener el papel protagónico en la estimulación de los escolares con ayuda
de la escuela.
Opuntia Brava ISSN: 2222-081x vol. 11. Monográfico Especial. Febrero 2019
Recepción: 21-12-2017 Aprobado: 13-05-2018