EL DESEMPEÑO PROFESIONAL: TENDENCIAS EN EL DESARROLLO DE LOS
ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD LAICA ELOY ALFARO DE MANABÍ,
ECUADOR
PROFESSIONAL PERFORMANCE: TRENDS IN THE DEVELOPMENT OF THE
STUDENTS OF LAICA UNIVERSITY ELOY ALFARO OF MANABÍ, ECUADOR
Jorge Antonio Corral Joniaux
1
José Patricio Barberán Cevallos
2
Fernando Xavier Almeida Echeverria
3
RESUMEN
La realidad en que se desarrolla el proceso profesional es multidimensional, ya que
compiten y coexisten diferentes momentos pedagógicos, políticos, económicos,
cognoscitivos, psicológicos, tecnológicos, en los cuales participan los sujetos implicados
en dicho proceso. De ahí que, para su mejoramiento se requieren planes de acción con
resultados que asuman la variabilidad de las circunstancias, y en su planificación se
involucren el que dirige, y de forma individual y colectiva, todos los implicados. La
atención a la diversidad, la flexibilidad para favorecer un mejoramiento continuo y la
integridad de las acciones que se planifican, requieren de una amplia participación real,
efectiva, individual y colectiva en los diferentes componentes que intervengan en el
proceso de mejoramiento propuesto. Lo anterior posibilita proponer rasgos que deben
manifestarse en el desempeño profesional como expresión de los niveles de
motivación, originalidad, independencia cognoscitiva, flexibilidad y responsabilidad
laboral. Todo ello en función de la búsqueda y aplicación de métodos, así como el
incremento de investigaciones que permitan continuar la argumentación y proyección
del desarrollo de los diferentes componentes y la efectividad del mejoramiento de los
profesionales en su desempeño.
PALABRAS CLAVES: Desempeño profesional, desarrollo, proceso de
profesionalización, estudiantes.
ABSTRACT
The reality in which the professional process develops is multidimensional, since
different pedagogical, political, economic, cognitive, psychological, and technological
moments compete in and coexist, in which the subjects involved in this process
participate. Hence, for its improvement, action plans with results that assume the
1
Máster en la Enseñanza del Idioma Inglés. Bachelor in Business Administration en la Universidad Laica Eloy
Alfaro de Manabí. Ecuador.
2
Ingeniero Industrial. Profesor de la Facultad de Ingeniería Industrial. Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.
Ecuador.
3
Doctor en Derecho Económico Internacional. Ingeniero Financiero. Postgrado en International Usiness
Management, Asignatura Inglés. Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Ecuador.
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variability of the circumstances are required, and in its planning the one who directs, and
individually and collectively, everyone involved is involved. The attention to diversity, the
flexibility to favor a continuous improvement and the integrity of the actions that are
planned, require a broad real, effective, individual and collective participation in the
different components that intervene in the proposed improvement process. The above
makes it possible to propose traits that should be manifested in professional
performance as an expression of the levels of motivation, originality, cognitive
independence, flexibility and labor responsibility. All this in function of the search and
application of methods, as well as the increase of investigations that allow to continue
the argumentation and projection of the development of the different components and
the effectiveness of the improvement of the professionals in their performance.
KEY WORDS: Professional performance, development, process of professionalization,
students.
La producción y socialización del conocimiento constituyen en los momentos actuales,
actividades estratégicas para el desarrollo de la sociedad. En esta perspectiva, la
creciente influencia de los resultados de la ciencia, en su interacción recíproca con la
tecnología y el cambiante ritmo de las exigencias sociales que impactan en el mundo
laboral, aceleran la necesidad de que los recursos humanos docentes que trabajan en
la esfera educacional, requieran de una transformación para asumir nuevas demandas
de formación, aprendizaje y socialización, orientadas a lograr mejores resultados.
En este sentido, son numerosos los esfuerzos realizados en aras de revitalizar el papel
protagónico de la escuela dentro de la comunidad, para lograr una mayor gestión por
parte de esta, que implica visión de futuro. Es decir, una proyección de la dirección en el
sentido más amplio, lo cual se traduce en una institución abierta, dinámica y que pueda
solucionar sus problemas. Con relación a ello, la UNESCO (1998, p. 4), plantea:
Educación para todos con calidad.
Espacio de democratización y participación social.
Organización escolar flexible, acorde con el entorno.
Conformar su propio proyecto educativo.
Desarrollar capacidad para la gestión pedagógica.
Combinar el uso de los recursos en función del proyecto educativo.
Rendir cuentas a la comunidad.
Democratizar las relaciones.
Como se puede apreciar, el logro de estas exigencias requiere transformaciones y
aplicación de estilos de dirección, así como del comportamiento profesional de los
docentes que apunten a un mejoramiento efectivo de su desempeño profesional. Todo
ello para enfrentar el reto por la calidad de la educación y crear mejores condiciones
para que los profesores enfrenten la formación técnica y cultural (Horruitinier, 2010).
Además, organizaciones como el Consejo de Europa, la Organización Internacional del
Trabajo, la Organización de Estados Iberoamericanos para la educación, la ciencia y la
tecnología, CINTERFOR (Centro Interamericano sobre Formación Profesional), entre
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otros, promueven estudios sobre el tema. Ello demuestra el creciente interés en los
asuntos sobre la práctica educativa y el papel del docente, en particular.
La formación de docentes y el desarrollo profesional ocupan importantes espacios en
investigaciones, experiencias, programas, así como en la literatura científica
relacionada con la educación (Hernández, 2011). Por tanto, no basta con reforzar los
conocimientos del profesor, hay que suministrarle también un conjunto de capacidades,
competencias, destrezas, habilidades y actitudes, que le permitan asumir el papel de
guía de ese proceso interactivo que constituye hoy la enseñanza y el aprendizaje.
La creciente apertura de mercados y el desarrollo tecnológico mundial demandan
nuevas formas de organización del trabajo, que se caracteriza por la versatilidad y el
enriquecimiento de las tareas, la polivalencia de la mano de obra, el trabajo en equipo,
la participación en la toma de decisiones, entre otros aspectos. Ello provoca cambios
fundamentales en los sistemas de formación y capacitación de los trabajadores
(Honore, 1980).
Al respecto, resulta cada vez mayor la importancia y prioridad que en el contexto del
sistema educacional se le asigna al logro de un mejoramiento del desempeño
pedagógico profesional. Este posibilita potenciar la capacidad de producir la respuesta
deseada en la labor del personal docente, que sistemáticamente enriquece la
composición cuantitativa y cualitativa de la clase obrera y forma parte activa de su
desarrollo científico-técnico, productivo y social.
En tal sentido, se impone la necesidad de formar un trabajador activo, participante de
las relaciones de producción, educado en el principio de estudio-trabajo, con
conocimientos, dominio profundo de la ciencia y la técnica que cada profesional debe
alcanzar, de acuerdo con el trabajo en la producción y los servicios (Larrea, 2014). El
mejoramiento del desempeño profesional es una cuestión que adquiere una
connotación especial y presenta una perspectiva científica por su complejidad
intrínseca, así como por los métodos, procedimientos y técnicas que es necesario
emplear en la búsqueda de información y en el análisis de sus relaciones esenciales.
En consonancia con lo anterior, para el tratamiento de este asunto resulta
imprescindible la concepción dialéctico-materialista, con respecto a profundizar en la
atención a la diversidad e integridad del desempeño profesional. Asimismo, es esencial
la incorporación del enfoque por competencias desde la exploración y la
problematización del proceso profesional. Todo ello permite construir y sistematizar en
la resignificación de nuevos espacios para el diseño de propuestas de mejoramiento,
desde variadas posiciones teóricas y experiencias prácticas.
El desempeño profesional y su desarrollo
El desarrollo del desempeño profesional tiene una dimensión fuertemente social. Su
reconocimiento se pone de manifiesto en los fines y funciones de cada uno de ellos en
la sociedad. Esto se debe al valor intrínseco que contiene la propia manifestación de
dichos procesos en el desarrollo científico-tecnológico y por el impacto que representan
para el avance de la sociedad moderna, en particular en los profesionales de la
educación, como una necesidad social. En consonancia, su expresión en el desempeño
profesional está dada, no solo como transmisión y acumulación de conocimientos
científicos y tecnológicos, sino también como actividad de carácter social, que permite
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mejorar la comprensión de la enseñanza de la ciencia en la formación profesional
(Ochoa, Vélez y Mendoza, 2018).
En este sentido, es significativo el reconocimiento que posee el papel de la actividad
que desarrolla el hombre y su relación con la formación del valor, como vía
indispensable en las acciones de transformación de la práctica. En tal sentido, en el
logro de un desempeño profesional exitoso se requiere de la unidad de lo cognitivo y lo
afectivo, de la actividad y la comunicación, así como del tratamiento a las diferencias
individuales de los participantes y a las del contexto socioeconómico donde estos se
desarrollan. Todo ello a partir de los elementos a caracterizar en el componente
diagnóstico y el reconocimiento de las experiencias previas de estos en las alternativas
de superación (Quirola, 2010).
En correspondencia con lo antes expuesto, el papel de la actividad en el mejoramiento
del desempeño profesional de los profesores y su relación con la comunicación como
factor indispensable en la interacción de los sujetos entre sí y con el entorno social,
permite la transformación de estos.
La sistematización teórica realizada posibilita arribar a las siguientes ideas y relaciones:
Importancia de la unidad entre el proceso educativo que se ofrece en la escuela
y los que dimanan de otras agencias educativas de la sociedad, en un momento
histórico determinado.
Todo proceso educativo (a su nivel) tiene como fin la formación y desarrollo del
hombre.
El carácter condicionado y condicionante de la educación.
El sentido de que el proceso educativo tiene que ser continuo y constante.
No obstante, la preparación para la vida de un individuo, no solo conlleva el desarrollo
cognitivo del ser humano, sino que esa propia educación e instrucción deben satisfacer
las necesidades espirituales, es decir, la esfera afectiva del proceso. Debido a las
condiciones reales que presentan la mayoría de los sistemas educativos
latinoamericanos y el replanteo en sus modelos, se hace necesaria también la
transformación de la dirección y la evaluación de todos los procesos de la escuela, con
la finalidad de lograr la calidad junto con el mejoramiento de los niveles de extensión y
cobertura.
La transformación en la dirección de la educación está relacionada con la elevación de
los niveles de profesionalización de docentes y directivos, lo que debe tener incidencia
directa en el desempeño profesional de sus funciones. Por tanto, para comprender
cómo se manifiesta el proceso de mejoramiento del desempeño profesional, es
necesario analizar los planteamientos acerca del proceso de profesionalización y el
proceso pedagógico profesional, así como las posiciones acerca de las competencias
profesionales, que permitan asumir los fundamentos y posiciones de estudio.
El proceso de profesionalización. Análisis conceptual
Desde la antigüedad, el hombre se vio en la necesidad de transmitir los conocimientos
adquiridos en la práctica, producto del propio desarrollo socioeconómico y cultural de
las distintas sociedades que se desarrollaron a lo largo del devenir histórico. El
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desarrollo de la educación se produjo durante el feudalismo y el capitalismo, debido a
las nuevas necesidades de la sociedad y motivado por el auge de las fuerzas
productivas. Ya en los albores de la sociedad capitalista, la pedagogía surge como una
ciencia independiente.
Como toda ciencia, tiene su propio objeto de estudio enmarcado en el dominio de las
leyes que rigen el proceso de instrucción-educación, determina los fundamentos
teóricos del contenido, así como los métodos, y se convierte en un arma importante
para los educadores, ya que les permite desarrollar el proceso pedagógico a través de
los procedimientos y métodos más novedosos. Al igual que todas las ciencias, la
pedagogía no se mantiene rígida, ni estable, sino que se enriquece a partir de las
experiencias acumuladas y dentro de la práctica pedagógica, en la cual cada docente
aporta e incorpora nuevos conocimientos que favorecen el desarrollo del proceso.
En esta preparación para la vida es que el hombre se instruye y obtiene conocimientos
y habilidades para desempeñar una determinada profesión. Por ello, esta última
constituye la acción y el efecto de ejercer un cierto oficio, un arte o una ciencia y tiende
más a la ejecución, a la tecnología, a la solución de problemas productivos. Como se
encuentra determinado por la Educación Avanzada
4
, esta profesión no solo es
alcanzable a través de formas escolarizadas, sino también se puede obtener a través
de la transmisión de conocimientos de una generación a otra. No obstante, el
profesional siempre se encuentra caracterizado por cuatro cualidades distinguibles:
rapidez, exactitud, precisión y cuidado en la profesión que realiza.
Por ende, la profesionalización como proceso se encamina a formar profesionales como
un proceso que tiene su génesis en la formación escolarizada del individuo, más
alcanza su plenitud en la Educación Avanzada (se incluye en este nivel a todos los
egresados de cualquier nivel de enseñanza inmerso en el mundo laboral o en la
comunidad). Posee como esencia la reorientación o especialización, según el caso de
los recursos laborales calificados, ya que de este modo se logra alcanzar la eficiencia
en la adquisición y desarrollo de las competencias básicas exigidas por el modelo
profesional y las aspiraciones individuales.
El proceso de profesionalización cuenta con sus propios elementos constitutivos, que
representados en la formalización de los distintos saberes profesionales se construye y
reconstruye gracias a la constatación de la aplicabilidad de los conocimientos teóricos,
así como a la formación de los saberes que surgen de la actuación práctica, pero la
esencia reside en la formalización. De ahí que, en el proceso de profesionalización se
dan tres elementos fundamentales: el conocimiento teórico, la profesión y la ciencia en
particular.
En correspondencia con lo anterior, se considera un trabajador profesionalizado cuando
posee las siguientes características:
4
La Educación Avanzada comprende un conjunto de actividades orientadas al desarrollo, actualización y
profundización de conocimientos y destrezas, dirigidas a egresados universitarios y a profesionales de cualquier área
del conocimiento, que desean incorporarse a una dinámica de innovación permanente, en un contexto de
transdisciplinariedad y desde una comprensión integradora.
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Desecha lo no esencial de su labor, lo que significa fundamentalizarla.
Posee una alta formación psicopedagógica y técnica, tanto teórica como práctica.
Desempeño pleno de sus tres roles tradicionales y más generales: instructivo,
formativo profesional y formativo personal.
Evidencia en su hacer un acercamiento mayor a la producción que al
academicismo de la universidad.
Es un investigador activo desde su disciplina o asignatura.
Brinda mayor protagonismo al estudiante.
Constancia en el propósito de superarse, autosuperarse y perfeccionar su labor.
Comprensión de su función estratégica.
Pertinencia social, histórica y cultural.
Es integral, flexible y polivalente en su acción educativa.
Por tanto, es necesario que los profesores posean determinados conocimientos,
habilidades, actitudes, valores y cualidades que lo comprometan con la labor que deben
desempeñar en la sociedad. Dichos elementos se evidencian en el desempeño
profesional de los docentes a través de las competencias profesionales.
La profesionalidad debe entenderse como el conjunto de competencias que con una
organización y funcionamiento sistémico hacen posible la conjugación armónica entre el
“saber”, “saber hacer” y “saber ser” en el sujeto, lo que se manifiesta en la ejecución de
sus tareas con atención, cuidado, exactitud, rapidez y un alto grado de motivación. Todo
ello se fundamenta en el empleo de los principios, métodos, formas, tecnologías y
medios que corresponden en cada caso. La base de este proceso debe ser una
elevada preparación (lo que incluye la experiencia), que puede ser evaluada por medio
del desempeño profesional, así como en sus resultados
La Educación Avanzada entiende al desempeño profesional como la capacidad de un
individuo para efectuar acciones, deberes y obligaciones propias de su puesto de
trabajo. Se expresa en el comportamiento o la conducta real del trabajador en relación
con otras tareas a cumplir, durante el ejercicio de su profesión. Asimismo, este término
designa lo que el profesional en realidad hace y no solo lo que sabe hacer.
El comportamiento de las personas se orienta hacia la satisfacción de las necesidades
personales y hacia el alcance de sus objetivos y aspiraciones. En general, es
determinado por las prácticas organizacionales y por el comportamiento proactivo
(orientado hacia objetivos personales) y cognoscitivamente activo. Este puede ser
analizado en función de los planes comportamentales que escoge, desarrolla y ejecuta
para manejar los estímulos con que se enfrenta, así como para alcanzar los objetivos
personales.
Con respecto a lo anterior, la experiencia del individuo con su ambiente es un proceso
activo, porque selecciona los datos de los diferentes aspectos del entorno que lo rodea
y los evalúa en función de sus experiencias pasadas, necesidades y valores. De ahí
que, las diferencias individuales hacen que las personas varíen considerablemente en
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su comportamiento, debido a que su capacidad de respuesta es influida, entre otros
aspectos, por sus aptitudes y el aprendizaje adquirido.
En tal sentido, puede responder a muchos tipos de estrategias directivas, en
dependencia de sus motivaciones, capacidades y de la naturaleza de la tarea que
realiza. Por tanto, la estrategia no favorece a todas las personas en todos los momentos
(Otero, Nieves, Martínez y Pérez, 2007). Las consideraciones expuestas son válidas
para aplicarlas al estudio del comportamiento de los docentes que trabajan en cualquier
nivel de enseñanza, en los cuales realizan una actividad pedagógica que exige de ellos
un sistema determinado, así como una secuencia de acciones y operaciones que se
relacionan estrechamente para formar una estructura peculiar.
Asimismo, el comportamiento se desarrolla en un proceso de solución conjunta de
tareas pedagógicas, tanto de carácter instructivo como educativo, en condiciones
cambiantes y plena comunicación entre docentes y estudiantes, así como con el resto
de los agentes de cambio. Ello requiere una actitud creadora y una cuidadosa
organización, ejecución y control de las acciones pedagógicas. En consonancia con las
ideas expuestas, se puede expresar que el proceso profesional, como aquel en que
interviene la actividad humana, presenta determinadas características, como son:
Se da mediante la secuencia lógica de pasos con el objetivo de resolver un
problema.
El que lo realiza debe ser un profesional competente para ello.
Responde a una determinada demanda social.
Es regulado durante su ejecución.
Su resultado es un producto que puede ser tangible o intangible.
Requiere la utilización de recursos humanos y materiales.
Por lo anterior, se asume que el proceso profesional es un conjunto de pasos
lógicamente articulados y regulados, que se dan con el fin de resolver determinados
problemas al ejercer la profesión en diferentes tipos de actividades, como respuesta a
una demanda social y que requiere el uso de recursos adecuados.
En tal sentido, el desempeño profesional se entiende en el presente artículo como la
capacidad de un individuo para el cumplimiento de sus funciones, acciones y papeles
propios de la actividad pedagógica profesional, el logro de un mejoramiento profesional,
institucional y social, que se manifiesta en su competencia para la transformación y
producción de nuevos conocimientos y valores, así como la plena satisfacción individual
al ejecutar sus tareas con cuidado, precisión, exactitud, profundidad, calidad y rapidez.
Por tanto, el desempeño profesional que desarrollan los docentes en la formación de los
profesionales se basa en el principio de que la actividad docente no solo dirige el
aprendizaje de una asignatura, sino también enseña a ser profesionales en la medida
que fomenta modos de actuación profesional. Todo ello debido a la comunicación y
actividad que desarrollan el profesor, los estudiantes y la empresa. En los últimos años,
el tema sobre desempeño profesional como elemento dinamizador de las actividades,
trata de buscar la capacidad práctica, el saber y las actitudes necesarias para que el
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egresado se logre desenvolver en una ocupación o grupo de ocupaciones en cualquier
rama de la actividad económica. Lo anterior, matiza como enfoque a un número cada
vez más creciente de cambios en los sistemas de formación de trabajadores, ya que se
trata de lograr una diversa utilización de medios y formas de enseñanza para que el
aprendiz o trabajador adquiera la capacidad necesaria para realizar su labor con la
precisión de tres componentes esenciales. Estos se citan a continuación:
Los conocimientos adquiridos que por sí solos no garantizan que el trabajador se
desempeñe eficientemente, pero que requieren una constante actualización.
Los saberes prácticos, los cuales demandan la adquisición de habilidades,
capacidades, destrezas y procedimientos para ejecutar actividades donde se
utilicen instrumentos, técnicas, tecnologías, entre otros medios, y así mejorar la
calidad de su desempeño.
Las actitudes, muchas veces delegadas a un segundo plano y que promueven de
forma integral, los intereses, las motivaciones y valores.
En tal sentido, trabajar por lograr un adecuado desempeño profesional exige la
integración de los componentes antes señalados, en función de obtener la necesaria
efectividad de este. Es evidente que la flexibilidad laboral que promueve el desempeño
alternativo de varias ocupaciones, como tendencia actual en el mundo del trabajo, con
estandartes de calificación en aumento y el cambio más frecuente de lugar de trabajo y
uso acelerado de las tecnologías de la información, exigen una mayor abstracción y
manejo de instrumentos, técnicas y maquinarias más complejas. Asimismo, demanda
recursos laborales humanos multihábiles, polivalentes y con un perfil amplio de
competencias rectoras.
De este modo, la imagen de una organización se proyecta, fundamentalmente, por el
prestigio y calidad de sus integrantes, sus éxitos y fracasos, su desarrollo histórico, su
misión y visión de futuro. A ello contribuye, con mayor fuerza en los últimos tiempos, el
desempeño profesional de sus recursos humanos y el clima laboral alcanzado por la
institución. En consonancia con las ideas anteriores, en el mejoramiento del desempeño
profesional se identifican los siguientes elementos:
La explicación de los problemas que frenan su desempeño.
Las estrategias de solución, asumidas como propuestas de mejoramiento que
pueden variar en correspondencia con las condiciones existentes en el momento
de su ejecución.
La planificación del desempeño pedagógico profesional.
La evaluación del desempeño pedagógico profesional.
Rasgos que caracterizan el desempeño profesional
A continuación, se presentan aspectos relacionados con la motivación profesional,
originalidad, independencia cognoscitiva, flexibilidad y responsabilidad laboral, que se
ponen de manifiesto en el desempeño de los profesionales.
Motivación profesional:
Vínculo afectivo con las tareas.
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Disposición para la solución de tareas.
Expresiones sobre la pertenencia a la actividad.
Manifestación de las vivencias afectivas en sus actuaciones profesionales.
Flexibilidad:
Modo de adaptación a los cambios.
Posibilidad para utilizar nuevas variantes en el proceso pedagógico.
Posibilidad para realizar interrogantes que logren el vínculo del contenido objeto
de aprendizaje con la práctica social.
Originalidad:
Capacidad para emitir respuestas novedosas, inesperadas y válidas en la
determinación de los objetivos, contenidos, métodos, medios, tareas docentes,
actividades evaluativas y estrategias en la planificación de las formas de
docencia.
Novedad y validez de las tareas docentes.
Uso de nuevas estrategias de enseñanza dirigidas a estimular los procesos
intelectuales y afectivos.
Formulación de preguntas inusitadas, pero lógicas, en función de los estilos de
comunicación que favorezcan la interacción de lo individual y lo colectivo en el
proceso de enseñanza- aprendizaje.
Empleo de novedosas e inesperadas formas que posibiliten vincular el contenido
de aprendizaje con la práctica.
Independencia cognoscitiva:
Posibilidad para actuar con independencia en el cumplimiento de las funciones
profesionales.
Formas de orientarse en situaciones nuevas que provengan de los resultados
que obtienen en su desempeño.
Hallar caminos propios para nuevas tareas en la conformación de estrategias
educativas dirigidas a optimizar el proceso de aprendizaje.
Sostener y defender criterios personales en el debate metodológico con sus
colegas y directivos.
Responsabilidad laboral:
Grado de participación en las actividades colectivas de carácter científico y
metodológico.
Cumplimiento de las normativas establecidas.
Responder por el resultado de sus actos y su labor profesional.
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De esta forma, el contenido de los desempeños está conformado por el sistema de
conocimientos, habilidades, valores, actitudes y otras cualidades, sobre los que se
recopilan los datos primarios para producir la información que sustente la emisión de los
juicios valorativos acerca de los logros alcanzados. Por tanto, el mejoramiento del
desempeño profesional permite un acercamiento a los problemas a resolver y una
mayor motivación y satisfacción por los resultados, lo que promueve la formación de
una conducta profesional en la vida de los profesionales, así como un mayor
crecimiento humano. Todo ello beneficia el desarrollo de la sociedad y los diferentes
contextos laborales en los cuales se desenvuelven los egresados.
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