Competencias emocionales en el desempeño de docentes de la carrera Gestión Sociocultural para
el Desarrollo
Yudit Orta Lorenzo
Volumen: 17
Número: 2
Año: 2025
Recepción: 18/04/2024
Aprobado: 08/12/2024
Artículo original
Se torna imprescindible que los docentes universitarios posean habilidades
comunicativas y estén capacitados para gestionar grupos, para favorecer dinámicas
participativas, para motivar y fomentar la interrelación de los alumnos, desarrollar y
potenciar los procesos de reflexión y crítica en sus alumnos, al tiempo de generar un
ambiente de trabajo colaborativo, de respeto y de implicación (Tejada, 2018).
Numerosas investigaciones señalan hoy el efecto positivo de las competencias
emocionales de los docentes en los estudiantes. Según Dueñas (2022), cuando el
profesor sabe educar emocionalmente, deviene un modelo para los estudiantes, que
construirán más fácilmente su propia autoestima, tendrán mejor rendimiento académico,
serán más creativos, y tendrán menos problemas relacionados con la disciplina y un
ambiente escolar menos agresivo. Asimismo, la inteligencia emocional del docente,
influye en el uso de estrategias de manejo de conflictos en el aula (Valente & Alfonso,
2020).
Los docentes se encuentran ante un nuevo paradigma que los lleva a enfrentar una
serie de cambios desde sus propias estructuras conceptuales, su sistema de creencias,
la aceptación de nuevas tareas y la búsqueda de nuevos significados a su labor
formativa. Esta situación los colocará también ante la necesidad personal de hacerse
de herramientas para aprender a gestionar sus propias emociones, ponerse en el lugar
del otro, mediar conflictos, comunicarse de manera asertiva e incluso preservar su
salud y bienestar, al tratarse de un sector altamente expuesto al malestar y desgaste
profesional que implica una labor esencialmente política y relacional (Álvarez, 2018).
Las competencias emocionales son consideradas también como un recurso en la
práctica docente, a la hora de percibir, analizar y regular las emociones negativas y un
factor preventivo del malestar docente y laboral conocido como síndrome de burnout
(Extremera et al., 2019).
Apoya esta idea, la asociación positiva encontrada entre la inteligencia emocional y el
desempeño laboral de los docentes. De modo que ser emocionalmente inteligente
posibilita el afrontamiento del estrés de manera eficiente, promueve el bienestar
emocional y el éxito profesional en profesores universitarios (Castro et al., 2022).
No obstante, a pesar de todos esos beneficios y la impronta que en materia educativa
devela el poseer competencias emocionales en la práctica docente, estas no han sido
estudiadas en su justa medida y con la atención que amerita en los predios de la
Educación Superior, motivo por el cual se visibiliza la necesidad de su abordaje como
recurso clave dentro del perfil de competencias de un docente universitario.
El desarrollo de competencias emocionales en docentes universitarios resulta una
necesidad sentida en la comunidad universitaria. Esta problemática deviene un reto
para los sistemas de capacitación y superación continua de los docentes en la
Educación Superior ya que se requiere el abordaje y entrenamiento de temas relativos a
la IE y sus respectivas competencias de cara a una práctica docente de excelencia que
responda a las demandas del estudiantado.
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