Impacto del uso de cebada en indicadores de salud intestinal en lechones recién destetados
Madelaine Meriño Lara
María Caridad González Borlet
Eugenio Castillo Ramírez
Volumen: 17
Número: Especial 2
Año: 2025
Recepción: 29/03/2024
Aprobado: 14/12/2024
Artículo original
Nota: (ID), índice de diarreas, (ISD) severidad de diarreas, EEM: error estándar de la
media. Fuente: Elaboración por los autores.
La significativa reducción en la incidencia y severidad de diarreas en los lechones
alimentados con cebada puede atribuirse al efecto de los ß-glucanos en la modulación
de la microbiota intestinal y la preservación de la integridad de la mucosa intestinal,
como lo sugieren Escobar et al. (2014). Similarmente, Gómez et al. (2015) reportaron
que las dietas a base de cebada disminuyen la diarrea al promover el desarrollo de
bacterias beneficiosas en el tracto digestivo.
En cuanto a la salud intestinal, estudios recientes (Le et al., 2020) han demostrado que
la fibra de la cebada puede mejorar la estructura de la mucosa intestinal, lo cual
coincide con los resultados de este estudio en cuanto a la preservación de la morfología
intestinal. Sin embargo, algunos estudios sugieren que la cebada puede no ser tan
efectiva en casos de diarrea más severa o persistente, lo que podría requerir la
combinación con otros ingredientes funcionales o el uso de aditivos para optimizar su
efecto (Gao et al., 2019).
En comparación con estudios recientes, los resultados de este estudio son consistentes
con los obtenidos por Bautista (2015), quien encontró que las dietas a base de cebada
en lechones no afectaron significativamente la eficiencia alimenticia y la ganancia diaria
de peso, aunque sí redujeron la incidencia de diarreas. Sin embargo, algunos autores,
como Escobar et al. (2014), han reportado que la cebada, al ser rica en fibra, puede
mejorar la digestibilidad y reducir la prevalencia de diarreas.
En cuanto a la combinación de cebada con otros ingredientes, Le et al. (2020) sugieren
que la cebada debe ser utilizada en combinación con otros granos energéticos, como el
maíz o el trigo, especialmente en dietas de destete, debido a su menor contenido
energético. Esto concuerda con los resultados de este estudio, donde la cebada se
mostró eficaz en mejorar la salud intestinal, pero es necesario considerar su
combinación con fuentes de mayor energía para asegurar un óptimo rendimiento
productivo.
Los presentes resultados fueron similares a los reportados por Escobar et al. (2014), los
cuales observaron diarreas moderadas en la primera semana, seguidas de diarreas
más severas en la segunda semana, pero que en la tercera semana disminuyó la
severidad hasta diarreas moderadas como en la primera semana. Los valores de
incidencia y severidad también coincidieron con Bautista (2015), que observó una
mayor incidencia y severidad en la segunda semana con respecto a la primera semana
posdestete; además de haber obtenido mayor control de las diarreas por parte de la
dieta control con un nivel alto de proteína (20%) y con antibiótico.
Los análisis histológicos no mostraron diferencias significativas en la altura de las
vellosidades intestinales ni en la profundidad de las criptas entre los tratamientos
(P>0.05) (Tabla 4). Esto indica que ambas dietas mantuvieron la integridad de la
mucosa intestinal, esencial para la absorción de nutrientes.
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