Transformación del aula de informática en una comunidad discursiva para estudiantes de
bachillerato
Alan Tonatiuh López Niño
Volumen: 17
Número: 1
Año: 2025
Recepción: 01/10/2024 Aprobado: 20/12/2024
Artículo de revisión
privilegiada para movilizar el diálogo, el pensamiento crítico, la creatividad y múltiples
habilidades en los estudiantes, integrando el uso significativo de las TIC. Ello requiere
un diseño didáctico riguroso y un cambio de rol docente hacia la facilitación. Mediante
esta estrategia se puede avanzar firmemente hacia la conformación del aula de
informática como una verdadera comunidad de aprendizaje.
Integración de las TIC de manera crítica y creativa
La incorporación de tecnologías digitales en el aula de informática es un elemento
clave, pero no como un fin en sí mismo ni desde una perspectiva instrumental. Se
busca una integración de las TIC de manera crítica y creativa, que potencie la
construcción colaborativa de conocimiento y una apropiación activa por parte de los
estudiantes. En este contexto, una premisa importante que plantea Area (2008) es que
“las tecnologías por sí solas no producen automáticamente innovaciones o mejoras en
los procesos de enseñanza-aprendizaje” (p.78). Por ello, lo definitorio es el modelo
pedagógico con el cual se incorporan las herramientas digitales en el aula. La
tecnología es solo un medio, deben transformarse las prácticas.
En este sentido, Coll (2008) sostiene que “las TIC pueden contribuir al cambio y la
mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, pero no determinan ni el sentido ni
la naturaleza de ese cambio” (p.101). Por ende, más que de incorporación de
tecnología deberíamos hablar de integración pedagógica de la tecnología. Esto supone
utilizar las TIC en articulación con el proyecto educativo: los objetivos de aprendizaje,
las necesidades de los estudiantes, las dinámicas de trabajo. No como un complemento
desconectado. Tal como plantean Carneiro, Toscano y Díaz (2009), “las nuevas
tecnologías deben estar integradas en el aula, con objetivos educativos claros, con una
metodología donde sean un medio y no un fin” (p.45).
Ahora bien, en el modelo de aula de informática como comunidad discursiva que
estamos analizando, no solo es cuestión de integrar pedagógicamente la tecnología,
sino de hacerlo desde una perspectiva crítica y creativa. Es decir, para potenciar el
pensamiento divergente, la reflexión ética y la construcción colaborativa de
conocimiento. Según Simón y Benedito (2016), “las actividades educativas con TIC
deben promover una participación activa y crítica de los estudiantes, más que una
asimilación pasiva de la información. Se trata de aprovechar las tecnologías para
fortalecer el aprender a pensar y el aprender a aprender” (p. 205).
Desde la mirada freireana, Saul (2008) agrega que “la educación debe estar orientada
para la libertad y no para la domesticación tecnológica [...] las nuevas tecnologías de la
información y de la comunicación necesitan estar en sintonía con la lectura crítica del
mundo” (p. 22). Y, por su parte, Aliagas y Margallo (2017) sostienen que “la tecnología
bien utilizada brinda amplias posibilidades creativas para la expresión y la construcción
colectiva de conocimiento en el aula” (p. 17). Por ello, no se trata de aplicar las TIC de
cualquier forma en la escuela, sino de integrarlas para cultivar la creatividad, el
pensamiento crítico, el trabajo colaborativo y la producción compartida de conocimiento.
Como medios al servicio de fines educativos transformadores.
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