Metodología para la formación laboral de las personas con discapacidad visual desde una perspectiva
antropológica
Norberto Nate Noris
Maikel López Aballe
Laura del Carmen Sanz Hidalgo
Volumen: 16
Número: 3
Año: 2024
Recepción: 17/03/2024 Aprobado: 13/06/2024
Artículo original
enseñe a realizar una valoración de ellos, para que reconozcan sus características
personales, identifiquen sus carencias, sus potencialidades, en que aspectos de su
personalidad pueden ser exitosos, cuáles son sus intereses y necesidades, así como
aquellos aspectos que lo distinguen de los otros. En tal sentido, se requiere de un
proceso formativo-laboral que integre las necesidades formativas de las personas con
discapacidad visual con una orientación social donde el aspecto laboral juega un papel
esencial.
Los autores López, Infante y Leyva (2019) plantean que la perspectiva antropológica, es
la forma de enfocar un fenómeno, hecho o suceso, esta permite garantizar un equilibrio
entre los distintos contextos que determinan la formación de los sujetos en función de lo
laboral, redimensionando el papel individual en este proceso. Se trata de situar al
hombre en el centro como principal beneficiario y protagonista de la actividad formativa,
que pueda mirar a su futuro acorde a los momentos actuales y enfocados siempre en
sus potencialidades y los recursos de su personalidad. De esta manera, en la relación
estudio trabajo es trascendental tener en cuenta la cultura de la discapacidad, vista
desde su perspectiva más amplia. Como parte de esta cultura se encuentra la
significación de lo humano y del trabajo en la proyección social en contextos
discapacitantes.
En el trabajo de formación laboral con las personas con discapacidad visual, se
considera el carácter simbólico de la cultura y las especificidades de la discapacidad
visual de forma individualizada, esto lleva a entender el proceso de construcción de
nuevos símbolos que sirven como referente para que los hechos, procesos y
fenómenos de la realidad objetiva se enfoquen desde otra óptica. La significación que le
otorgan a la preparación para el futuro en lo personal y profesional puede cambiar para
influir en su actitud en el contexto escolar, laboral, familiar o comunitario.
Esto connota la necesidad de considerar las particularidades de cada persona para
posibilitar el sentido personal que cada acción formativa requiere, no puede lograrse un
trabajo formativo que no considere las diferentes áreas de desarrollo de las personas
con discapacidad, ente ellas la psicosocial y médica, para el desarrollo de las
actividades de la vida diaria. El área de la comunicación, es esencial para entender
cómo se produce la apropiación de la cultura y la preparación que estas personas
posean para las relaciones sociales y su desempeño laboral, así como las
potencialidades para el desarrollo de habilidades manuales en diferentes aspectos de la
vida cotidiana, no puede dejar de considerarse la orientación y la movilidad en la
escuela, en el hogar, en el trabajo y en la comunidad.
Las instituciones escolares no es la única institución formativa, pues necesita de la
adecuada relación con la familia y la comunidad, desde ellas se transmiten
conocimientos y desarrollan habilidades y hábitos y se establecen los referentes para la
actuación de las personas en la sociedad. En el contexto escolar y social, estos
interactúan con una variedad de patrones culturales de referencia, así como con
normas, costumbres, símbolos y valores culturales que emanan de la interacción social.
Resulta conveniente que la escuela conozca las principales necesidades y
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