Celeridad procesal en causa de alimentos aplicadas en el centro de mediación FOCA periodo 2022
Carlos Fernando Vinueza Oquendo
Clara Daniela Romero Romero
Volumen: 16
Número: 3
Año: 2024
Recepción: 01/05/2024 Aprobado: 27/06/2024
Artículo de revisión
problemas intrafamiliares en su hogar cuando apenas era un niño, convirtiéndose esta
situación en grandes ataduras generacionales que en la actualidad se mantienen, en
donde se observan padres que incurren en la violencia y la delincuencia en sí.
Cuando los conflictos familiares no se tratan a tiempo se convierten en una cadena que
llega a vulnerar a los más pequeños, en este caso son los hijos, quienes llegan a
padecer y sufrir las consecuencias de los problemas de sus progenitores. Como
afirman, De la Peña y Lozano (2017), como en todo contexto social, en la familia el
conflicto puede escalar a un nivel de violencia, como resultado de la necesidad de la
persona por afirmarse y evitar frustrar sus propios intereses. Esto es, la familia y sus
miembros resultan seriamente afectados cuando el manejo dado a sus desacuerdos no
satisface a las partes y gana cada vez más expresiones agresivas, que gestan
maltratos que van desde agresiones leves hasta la violencia grave; incluida en esta
última los homicidios o intentos de homicidio.
Evidentemente, es común que, cuando una familia pasa por conflictos, se genere un
desequilibrio total y la desarmonía se vuelva cotidiana, entonces existe mucha
confusión y es difícil tratar adecuadamente los problemas, los que pueden ser
abrumadores para todos los miembros de la familia. Los conflictos familiares llegan a
afectar por completo el desarrollo de los hijos a nivel emocional, social y académico.
Los conflictos, problemas y discusiones constantes de los padres pueden causar
problemas emocionales y de comportamiento en los hijos. Cuando una familia va a la
deriva sin un rumbo claro, decimos que hay conflicto.
En resumen, las situaciones estresantes pueden serlo para toda la familia, y debe existir
cierta dinámica para estabilizar a la familia. A medida que continúan los conflictos en el
sistema, los roles, valores y objetivos se pierden y confunden. Problemas, crisis y
conflictos en la familia crean la necesidad de cambios que, a su vez, conducen a la
redefinición de nuevos sistemas de relación.
La desintegración familiar debe entenderse, no como la separación y/o el divorcio, sino
como la descomposición de las relaciones entre miembros de una familia, lo que origina
conflictos, disputas. En muchas ocasiones el conflicto surge por problemas de
drogadicción, religión, violencia. Que provocan la separación de una familia, y que al
separarse los hijos son en sí, los más afectados, más aún si estos son adolescentes.
Muchas veces la falta de comunicación es lo que ocasiona los conflictos familiares,
generando una desintegración de la misma (Guerrero, 2019).
Se puede considerar que, el abordaje del conflicto de familia, es entendido como aquel
sistema que más naturalmente teje redes de relaciones y en donde se conjugan la
intimidad, las emociones y la estabilidad, estos elementos juegan un papel más que
preponderante. Dando por sentado, por supuesto, que, para el tratamiento del conflicto
de familia, no es necesaria la condición del cambio en el otro. Lo que se hace
necesario, o al menos importante, es la conciencia generalmente hecha visible por el
mediador, de que se debe asumir la conciencia de que el cambio o la transformación es
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