Estrategias de litigación oral en las audiencias en procesos reivindicatorios y la tutela judicial
efectiva
Mariana De Jesús Benítez Cabrera
Edison Suárez Merino
Volumen: 16
Número: 2
Año: 2024
Recepción: 06/12/2023
Aprobado: 18/03/2024
Artículo de revisión
prácticas, como transmitir información, motivar a la gente para que actúe o,
simplemente, relatar una historia. Por lo tanto, a través de la oratoria podremos
persuadir, convencer, conmover, apasionar, agradar, impactar, enunciar, explicar,
instruir, puntualizar, ratificar, deleitar, refutar o denostar; vinculada exclusivamente a lo
oral, la retórica adquiere relación tanto con lo oral como con lo escrito. Podremos, por
tanto, hablar de retórica en un escrito de demanda, pero no de oratoria. Por el contrario,
tanto la retórica como la oratoria podrán ir asociadas a un informe oral en un juicio
(Fernández, 2017).
Una tercera estrategia, tiene relación con la forma de argumentar jurídicamente el
elemento fáctico argumentación jurídica que consiste en emplear o manejar una serie
de razonamientos para persuadir al destinatario sobre la validez de una tesis que, por lo
general, no está demostrada. La tesis de la argumentación es la idea nuclear a
defender, sostener o refutar. El contenido de la tesis, ya sea estrictamente jurídica o ya
sea fáctica, pero regulada por la norma jurídica o que deba ser regulada, tiene que ser
formulada con claridad. En el desarrollo de la argumentación y más concretamente en
el desarrollo de la argumentación jurídica es inexcusable la utilización de un lenguaje
técnico-jurídico correcto, lo que permitirá al argumentante expresar y transmitir el
sentido auténtico de su tesis. Y, evidentemente, la conclusión final de toda
argumentación debe tener conexión con la tesis defendida
La argumentación jurídica debe partir de normas jurídicas obligatorias (el Derecho), de
las que el debatiente obtiene los argumentos y que al mismo tiempo constituyen las
fuentes argumentales básicas para que el discurso jurídico pueda sostener una opinión
o una decisión. En igual medida, nos encontramos con una cuarta estrategia que se
relaciona con la argumentación verbal y no verbal, por eso cuando el debatiente está
argumentando no puede dar la sensación de que está mintiendo, y no sólo por lo que
esté expresando verbalmente, sino por la interpretación que de su lenguaje corporal
puedan interpretar los otros debatientes. El lenguaje corporal es de gran importancia,
mediante la vista un debatiente puede captar la mayor parte de la información
proveniente de otro debatiente. Al respecto, afirman los expertos que las señales no
verbales influyen mucho más que las orales y, si el lenguaje verbal y el lenguaje no
verbal no son congruentes, el subconsciente del debatiente se fía más del lenguaje
corporal que le transmite otro debatiente.
La mirada es un elemento trascedente de la comunicación analógica, a través de ella
mantenemos contacto directo y consciente con la persona que nos estamos
comunicando, recibiendo en ese acto de comunicación verbal una información vital de
nuestro interlocutor, relacionada con sus sentimientos, estados de ánimo y emociones.
Mientras miramos a alguien llamamos y atraemos la atención y viceversa, en igual
medida captamos y mostramos nuestra atención al interlocutor. Cumple una función de
retroalimentación que permite modular el mensaje. El interlocutor suministra una valiosa
información de interés, desinterés o rechazo, posibilitando adecuar el mensaje a
nuestras expectativas en función de la información de que se trate.
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