La obesidad infantil como consecuencia de la Covid-19. Una mirada desde el proceso de enseñanza-
aprendizaje de la Educación Física
Yubber Alexander Cedeño
Volumen: 15
Número: 3
Recepción: 16/02/2023 Aprobado: 03/07/2023
Sobre la obesidad, que es el caso que nos ocupa, se puede decir que fue el resultado del
aumento de la ingesta unido al sedentarismo. A propósito de esta situación, se realizaron
diferentes estudios que describen la presencia de un fenómeno denominado efecto halo.
En España, por citar un ejemplo, se originó un crecimiento del 44,6% en las cifras de las
personas que se confinaron con alguien que había aumentado peso (Bretón et al., 2021).
En consonancia con lo anterior, se observó el incremento en la adquisición de productos
alimenticios como dulces y aperitivos; así como la reducción de la realización de ejercicios
físicos en gimnasios o parques. Como era de esperar, en este contexto, la población
infantil fue una de las que sufrió más esta consecuencia indirecta de la Covid-19.
Tan solo en España las estadísticas mostraron que hubo un aumento medio del peso
corporal en aproximadamente un 5% en los niños. Según Baca (2020) el sedentarismo,
los malos hábitos alimenticios y el efecto psicológico que causó el encierro fue la
combinación perfecta que causó el crecimiento de los índices de obesidad infantil.
No obstante, la preocupación de muchos pediatras y maestros estuvo dada en los riesgos
que se corrían ante una posible extensión de estos malos hábitos, una vez que terminara
el confinamiento, y en efecto, así sucedió. Actualmente, en el 2023, todavía se está
trabajando para nivelar lo que se conoce como “el drama oculto del coronavirus” que, en
la población infantil, es la obesidad.
Por las razones expuestas, en este artículo se presenta un estudio observacional
descriptivo transversal. El propósito fue determinar la cantidad de niños que presentan
obesidad en la muestra seleccionada y establecer las posibles causas de la obesidad
infantil.
La muestra seleccionada fue de tipo no probabilística y estuvo conformada por 253 niños
que estudian en la escuela Cleopatra Fernández de Castillo, de la provincia El Oro,
Cantón Machala, en el Ecuador. El cálculo se realizó mediante el índice de Masa
Corporal; y se utilizó, además, como un cuestionario para evaluar la calidad de vida.
Cálculo del Índice de Masa Corporal
La literatura recoge de manera precisa los diferentes métodos para la evaluación de la
obesidad y el sobrepeso en esta parte de la población. Al respecto, Vicente et al. (2017)
refieren el método antropométrico. Por otro lado, Machado et al. (2018) indican los
métodos epidemiológicos y nutricionales. A estos se le suma, el Índice de Masa Corporal
(IMC), siendo este último método el más seguro y confiable, según estima la OMS (2018).
Para determinar la obesidad y el sobrepeso con la ayuda del IMC es necesario tener en
cuenta el peso en kilogramo y la altura en metros. El cálculo, según Aguilar et al. (2016)
se realiza a través de la fórmula IMC=peso en k/estatura en metros. En el caso de los
niños, el peso y la estatura varían con el desarrollo, de ahí que su IMC se analiza con
respecto a niños de igual sexo y edad. En los niños, en un rango de edad entre 5 y 19
años, se considera con sobrepeso, la mayor desviación típica con respecto a la mediana,
fijada en los perfiles de crecimiento infantil y se estima obeso, dos desviaciones típicas
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