Trasformación digital en Instituciones Públicas de Educación Superior: la experiencia en la Escuela
Superior Politécnica del Litoral (ESPOL)
Carlos Iván Rivera Naranjo
Karolina Dayanne Letamendi Amaya
Fernando José Zambrano Farías
Volumen: 15
Número: 2
Recepción: 31/10/2022
Aprobado: 16/03/2023
misma línea, Uyarra y Flanagan (2010) coinciden en diferenciar entre, crear nuevos
productos, procesos o sistemas, y productos adaptables, que indica la difusión de
soluciones existentes en nuevos dominios o ubicaciones (por ejemplo, países u
organizaciones). Asimismo, investigadores como: Edquist y Zabala-Iturriagagoitia
(2012) basan su comprensión de innovación, tanto en nuevos desarrollos como la
difusión y adopción de soluciones existentes; planteando desafíos para profesionales
en la planificación, el seguimiento y la evaluación de los esfuerzos de innovación.
La innovación se aplica en todos los ámbitos, incluido el sector público y el sector
educativo. Desde el punto de vista corporativo la innovación requiere interacciones
entre varios actores como personas con diferentes conocimientos, habilidades,
perspectivas y estilos de resolución de problemas (Luo y otros, 2021). Los estudios de
la innovación han mostrado que la introducción del cambio técnico no es producto del
azar, sino que depende del rumbo previo (path dependent) e interactúa con
innovaciones agrupadas en sistemas, las cuales, a su vez, se interconectan en
revoluciones (Pérez, 2010). Es así como, la digitalización la podemos concebir como
patrón dominante en la Cuarta Revolución Industrial, cuyo impacto terminará
transformando toda la economía, pudiendo elevar los niveles de productividad.
Para llegar a la digitalización de procesos, previamente existió una transformación
digital, término que comenzó a utilizarse a partir de la Tercera Revolución Industrial, se
ha consolidado en la actualidad, y forma parte de la sociedad a tal medida, que la
tecnología de la información y la comunicación (TIC) juegan un papel fundamental en el
desarrollo de la misma (Musik y Bogner, 2019). De acuerdo con varios autores, el
mundo se encuentra en la Cuarta Revolución Industrial (Morgan, 2019), la sociedad
actual está experimentando una constante transformación que implica cambios en
todos los ámbitos.
La transformación digital va mucho más allá de la incorporación de tecnología digitales
(Singh y Hess, 2017), ella incluye cambios significativos a través de información/análisis
de datos, comunicación, ciencias informáticas y tecnologías de conectividad (Vial 2019).
Siguiendo un punto de vista parecido, Alunni y Llambías (2018) citan que la
transformación digital es la reinvención del negocio, utilizando la tecnología para dar
mejor servicio a empleados y clientes.
Desde el punto de vista empresarial, es importante que la estrategia digital se vincule
con la creación de valor comercial, aumentando el impacto en el rendimiento de la
estrategia de transformación digital más allá de eficiencias y productividad, impulsando
una ventaja competitiva y siendo una estrategia de diferenciación (Bharadwaj y otros,
2013). Entonces, se comprende que transformación digital es ese salto entre la
adopción tecnológica y la reinvención de procesos dentro de cualquier organización
(Vacas, 2018). En el sector público, la digitalización está encaminada a crear valor,
reflejado en la calidad de los servicios que se prestan a la ciudadanía.
La digitalización implica un cambio fundamental en las estructuras, procesos y/o cultura
de las organizaciones del sector público, va más allá de una simple mejora, se trata de
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