Actividades para favorecer la educación ambiental en la enseñanza superior a través del pensamiento
martiano
Eugenio Castillo Ramírez
Bárbara Lisett Tomás Batista
José Rafael Vegas Pavón
Volumen: 16
Número: 3
Año: 2024
Recepción: 11/01/2023 Aprobado: 03/05/2024
Artículo original
responsabilidad de los gobiernos en el fomento de los bosques. Como defensor
apasionado de los árboles puede considerársele un precursor de lo que hoy llamamos
una posición o un sentimiento ambientalista.
Al respecto, el Comandante en Jefe Fidel Castro planteó en la Cumbre de La Tierra en
1992, “que dichas sociedades, son las máximas responsables de los daños medio
ambientales, que hoy sufre el planeta, amenazando la existencia de miles de especies,
incluido el propio hombre” (1992, p. 5).
La educación ambiental es un elemento esencial para lograr una relación armoniosa del
hombre con el medio ambiente, es un proceso que consiste en desarrollar
conocimientos, hábitos, habilidades y valores con el objeto de fomentar las actitudes
necesarias para comprender las interrelaciones entre el hombre, su cultura y el medio
donde se desarrolla su vida.
Para revertir tal situación, cobra cada vez mayor importancia la necesidad de potenciar
procesos educativos en todos los contextos y niveles de la sociedad, a través de los
cuales se facilite la apropiación de conocimientos, habilidades, valores y actitudes
diferentes, a los que han condicionado la agudización de las contradicciones entre la
sociedad y la naturaleza. Es así que surge la educación ambiental como un tipo
específico de educación, al extender sus objetivos al contexto e incorporar las
relaciones de los seres humanos entre sí, y de estos con la naturaleza, con la intención
de lograr y poder mantener un equilibrio dinámico y armónico entre todos los
componentes que conforman el ambiente: la naturaleza, la sociedad y la economía.
En este sentido, según apunta Novo (2009), “es posible afirmar que, en el corazón de la
educación ambiental, desde su nacimiento, está inscrito el problema del desarrollo y la
sostenibilidad” (p. 207). Ello está en correspondencia con los criterios de González
(2017), al plantear que:
… el abordaje del medio ambiente se incluye tanto el contexto de la naturaleza como las
relaciones socioculturales, que actúan en procesos de interacción permanente en las
que los sujetos humanos habitan de manera condicionada; pero, a su vez,
condicionantes del sistema. Esa característica sistémica permite entender que los
problemas ambientales se asumen interdisciplinariamente para comprender su
complejidad, su constitución como una totalidad organizada en la que cualquier cambio
en una de sus partes afecta a las demás. (p. 6)
En Cuba, país pequeño y bloqueado, con limitaciones en el orden económico, se
desarrollan acciones concretas, dirigidas a fortalecer la educación ambiental como parte
de la formación de la cultura general integral a que se aspira alcance el pueblo cubano.
Todo ello guiará su actuación al interrelacionarse entre sí y con el medio ambiente,
elemento al cual el Estado le brinda la máxima prioridad.
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO) (2017), reconoce que el desarrollo sostenible integra las
dimensiones económica, social y ambiental, por lo cual considera al medio ambiente
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