Lesión grave con peligro inminente para la vida por herida cardiaca penetrante
Ana Reynaldo Díaz
Mariolis Hernández Osorio
Idael Carralero Jiménez
Volumen: 14
Número: 4
Recepción: 17/05/2022 Aprobado: 08/10/2022
torácicas) y traumatismo cardíaco penetrante (por heridas con armas blancas y armas
de fuego).
En el mundo actual como consecuencia del aumento en el número de traumatismos, así
como en la intensidad de estos, la frecuencia de heridas penetrantes cardiacas se ha
incrementado. El mejoramiento de los servicios de emergencia médica ha permitido que
los pacientes lleguen vivos a los centros hospitalarios y que la frecuencia de las
lesiones tratadas quirúrgicamente haya aumentado (Pérez y Burgos, 2019), sin
embargo, la revisión de la literatura evidencia que la sobrevivencia sigue siendo baja y
que la posibilidad de morir es mayor que la de sobrevivir.
La lesión cardíaca penetrante es una emergencia con alta mortalidad, generalmente
provocada por armas de fuego o armas blancas (como el caso que presentamos), la
mayor parte de los pacientes son varones jóvenes y es la pared anterior del ventrículo
derecho el sitio más frecuente afectado debido a su disposición más anterior en la
cavidad torácica según la Asociación Española de Radiología (SERAM, 2017). Siendo
las causas más frecuentes de muerte, el shock hemorrágico y el taponamiento cardíaco
(Pancorbo, Hill, Figueroa, Barceló y Pancorbo, 2005).
En Cuba debido a la poca accesibilidad a las armas de fuego, las heridas penetrantes
por armas blancas son una de las causas principales de lesiones por violencia urbana,
sin embargo, estudios realizados demuestran que los traumas cardiacos representan un
porcentaje muy reducido del total de emergencias producidas por este tipo de arma. En
Las Tunas (Ramírez, 2019) analizó el comportamiento de las lesiones por violencia
física intencional en un período de 4 años (2013-2017), donde las armas blancas fueron
el objeto más utilizado, pero ningún paciente presentó lesión del corazón. Debiendo
aclararse que, en el caso de la violencia física hacia la mujer, provocada por su pareja
no se comporta de la misma manera según los resultados del estudio de (Oquendo,
Serrano, Batista, Medina y Díaz, 2019) donde predominaron las lesiones por contacto
físico en el 50.7%.
La posibilidad de lesión cardiaca debe sospecharse en todo paciente que presente
herida en el tórax anterior y tenga inestabilidad hemodinámica, se consideran zonas de
riesgo para estas heridas: el epigastrio, el área precordial y el mediastino superior
(Pancorbo y otros, 2005).
Existen dos formas clásicas de presentación, el taponamiento cardiaco y la hemorragia
severa hacia la cavidad pleural. La hemorragia origina shock y palidez extrema,
mientras que el taponamiento cardíaco se caracteriza por cianosis, ingurgitación de las
venas del cuello y ruidos cardiacos apagados, reportándose en el 80 a 90% de los
casos con traumatismos cardiacos por heridas punzocortantes según afirman Méndez,
Zamora, Zeledón y Zamora (2005).
En este tipo de traumatismo la presentación clínica no es contante dependiendo del
tipo, tamaño, localización específica de la lesión y de estructuras vecinas
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