La formación de los adolescentes cubanos desde la promoción de la salud. Una experiencia en
tiempos de pandemia por Covid-19
Sandra Ochoa Durán
Clara Ofelia Suárez Rodríguez
María del Toro Sánchez
Volumen: 15
Número: 1
Recepción: 14/06/2021
Aprobado: 23/09/2022
lavado de las manos, el uso de mascarillas, pasos podálicos y la distancia entre
personas. Cuando un miembro de la comunidad educativa muestra síntomas
respiratorios es suspendido de la escuela.
Sin embargo, muchas de las medidas de aislamiento y la asistencia a clases de manera
no presencial afectan psicológicamente a los adolescentes, debido a que ante el
distanciamiento social corren riesgos de quedarse solos en casa y ser víctimas de
ciberacoso, ciberbullying, no ver las teleclases, acceder a la pornografía en internet, a la
dependencia a los dispositivos móviles. Y a sufrir síntomas de soledad, aburrimiento,
embotamiento, angustia, ansiedad, miedo, entre otros, como secuelas de los contagios
el aislamiento, y la soledad (Ochoa, 2020).
En estos momentos de pandemia por Covid-19, en que los estudiantes y profesores se
encuentran en confinamiento y realizando las actividades docentes de manera virtual,
on-line, o a través de los medios de comunicación masivos, adquiere una connotación
mayor la llamada Pedagogía Tecnológica, agrupada entre la Corriente Naturalista de la
Educación (Chávez, Deler y Suárez, 2008).
La crisis sanitaria por la que atraviesa el mundo por Covid-19, ha obligado a los
sistemas educativos de todos los países a utilizar las TICs para que los estudiantes
puedan recibir los conocimientos necesarios para vencer los objetivos de cada año, así
como utilizar las redes sociales y las plataformas interactivas de la internet para ventilar
dudas, recibir clases, participar en eventos y publicar resultados docentes.
Esta tendencia educativa se desarrolla con éxito hoy en Cuba y tanto los estudiantes de
los diferentes niveles de enseñanza, como los de posgrado y programas de doctorado,
continúan su formación a través de esta vía. Pero no sin riesgo y limitaciones.
Pero cabe preguntar: ¿Cómo garantizar que los estudiantes cubanos que tienen
dispositivo móvil con conexión a internet, no sean víctimas de ciberacoso, el
ciberbullying, la pornografía y la adicción al juego y al celular, como fenómenos a los
que se exponen con el uso de la tecnología y el aislamiento físico?
¿Cómo formar a los adolescentes cubanos, segmento poblacional más vulnerable a
estos riesgos mencionados, en una cultura de la asertividad, la resiliencia y en
identificarlos, en medio del confinamiento?
Un estudio desarrollado en Europa, revela que los factores de riesgo de ser víctima de
ciberacoso en adolescentes, son el atractivo físico y la desinhibición; los que influyen en
el engaño pederasta de forma indirecta a través del juego erótico y las estrategias de
avance sexual directas que median parcialmente esta relación. Estos resultados nos
alertan de la necesidad de implementar programas preventivos considerando estas
actitudes y conductas, que funcionan como factores de riesgo de la victimización y de
caer en redes pedófilas (Schoeps, Garaigordobil y Montoya-Castilla, 2020).
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